Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de febrero de 2025

27e Rallye Monte‑Carlo Historique 2025 / Los triunfadores fueron Decremer-Hugo con un Alfa Romeo Giulia Ti (1965). Buena actuación de las parejas argentinas.

Decremer-Hugo con un Alfa Romeo Giulia Ti (1965) 1er puesto

Año tras año, el Rallye Monte-Carlo Historique sigue destacándose por la diversidad de automóviles y autenticidad de su recorrido. El Comité Organizador del Automobile Club de Mónaco (ACM) quiso que la edición de 2025 fuera aún más atractiva con, como de costumbre, utilizando una mayoría de Etapas de Regularidad (RS) de aquellas que han ayudado a escribir la gran historia del evento.

Decremer-Hugo con un Alfa Romeo Giulia Ti (1965) 1er puesto

Ponomarev Andrei-Polyakov Víctor / Volkswagen Golf GTi (1978) puesto 2
Simonsen Kenneth - Kristensen Otto / Lancia Fulvia HF 1.3 (1968)


Equipos argentinos:
Berisso Carlos - Robledillo García Daniel / Autobianchi A112 Abarth #121 (1979) posición 32
Berisso Carlos - Robledillo García Daniel / Autobianchi A112 Abarth #121 (1979) posición 32
Berisso Carlos - Robledillo García Daniel / Autobianchi A112 Abarth #121 (1979) posición 32

Lukasiewicz Enrique-Lukasiewicz Martín / Autobianchi A112 Abarth #46 (1979) posición 38
Lukasiewicz Enrique-Lukasiewicz Martín / Autobianchi A112 Abarth #46 (1979) posición 38
Lukasiewicz Enrique-Lukasiewicz Martín / Autobianchi A112 Abarth #46 (1979) posición 38

Héctor Daniel Oudkerk


domingo, 19 de enero de 2025

Mercedes-Benz W 196 R Stromlinienwagen de 1954 / Está siendo subastado por RM Sotheby's, y podría alcanzar una suma récord.

Se trata sin duda de uno de los autos más bellos y eficaces jamás subastados por RM Sotheby’s en su historia. Acostumbrada a ofrecer coches únicos que alcanzan sumas astronómicas, la casa especialista pronto pudo establecer un nuevo récord de ventas gracias a este Mercedes-Benz W 196 R Stromlinienwagen de 1954.

Este Mercedes Benz fue construido para el regreso de la marca alemana a la competición, después de la Segunda Guerra Mundial, en 1954. Se construyeron un total de 14 chasis. Durante dos años, el fabricante alemán consiguió 10 victorias en 14 participaciones (9 para Juan Manuel Fangio y 1 para Sterling Moss) antes de detener sus programas deportivos tras la tragedia de Le Mans en 1955. Es con estos W 196 R que el argentino ganó dos de sus cinco coronas mundiales (1954 y 1955).

En aquella época, el Mercedes-Benz W 196 R Stromlinienwagen se fabricaba con posibilidad de dos tipos de carrocería. Un modelo integral (aerodinámico) para circuitos de alta velocidad como Monza para reducir la resistencia del aire. El otro clásico, con ruedas expuestas para rutas más sinuosas.

Fue en Monza en 1955 cuando Stirling Moss marcó la vuelta más rápida del Gran Premio de Italia. Es en este Mercedes-Benz W 196 R Stromlinienwagen, chasis 00009/54 y que lleva el número 16 del inglés, es ofrecido por RM Sotheby's para esta venta programada para el 1 de febrero. Retirado de la competición en 1955 para ser conservado en la colección de la marca, este coche fue ofrecido por Mercedes al Museo del Indianapolis Motor Speedway en 1965, que decidió ponerlo a subasta.

Héctor Daniel Oudkerk

viernes, 27 de diciembre de 2024

Chevrolet Impala SS 409 1961 de Dan Gurney / El gran campeón americano lo llevó al Reino Unido, superó a los dominantes Jaguar, se le prohibió competir y entonces lo vendió. Hoy 63 años después de una carrera histórica que estuvo a punto de ganar, su fiel máquina regresa al lugar donde todo comenzó: a la propiedad familiar.

En el mundo del automovilismo, el nombre de Dan Gurney es una leyenda que se ubica con razón en el puñado de los mejores corredores de todos los tiempos. La celebración con champán por él creada sigue viva... En 1967, Ford ganó Le Mans , con Dan Gurney y Anthony Joseph Foyt al volante del GT40. Los estadounidenses terminaron su irrumpieron en el podio y bañaron a todos con champán.

El festejar con un spray de champagne fue una manifestación espontánea de Gurney que inició una tradición que aún se mantiene hoy en día, y que se ha adoptado casi unánimemente en todas las formas de automovilismo desde entonces. Desde este punto de vista, podríamos decir que este es el mayor legado que el gran Dan regaló al mundo del automovilismo.

Desafortunadamente, otro momento histórico, que no goza de la misma fama que las lluvias de champán, es su participación en el "British Saloon Car Championship" (BSCC) de 1961 en Silverstone en mayo de ese año. Puede que la carrera en sí no sea especialmente importante pero marcó a Dan, y al automovilismo británico.

A principios de los años sesenta, Gurney ya era un corredor de Fórmula Uno que corría para Porsche (por cierto, obtuvo la única victoria en el historial de Porsche como constructor). Fue durante esos largos viajes al extranjero que se dio cuenta que era habitual que sus compañeros pilotos de fórmula 1 se permitían temporadas paralelas en las carreras de "Saloon Cars" especialmente en Inglaterra donde se disputaba el "British Saloon Car Championship". 

La autos del momento en este campeonato eran los Jaguar 3.8 litros con frenos de disco ....prácticamente imbatibles, hasta que se les apareció el Chevrolet Impala SS 409 de Dan Gurney.

Daniel tuvo una gran idea: ¿por qué no llevar un Impala con motor de bloque grande con techo de burbuja a Europa y probarlo? Entonces, movió algunos hilos en Chevrolet. Al parecer, tenía un amigo, un ingeniero que trabajaba para Chevrolet en ese momento, Zora Arkus Duntov, por lo que la petición de favor de Gurney fue favorable rápidamente.

En pocas palabras: a principios de 1961, Dan Gurney recibió el Chevrolet Impala SS 409 de fábrica, lo acondicionó y lo llevó al Riverside Raceway en California bajando el récord de la pista, con Dan detrás del volante, por ocho décimas de segundo, para disgusto del Corvette que lo había establecido.

Las modificaciones no fueron muchas. El motor V8 de 409 pulgadas cúbicas (6.7 litros) tenía una potencia de 360 caballos de fuerza y 555 Nm de torque. Por otra parte Dan había hecho que la fábrica pusiera las suspensiones Taxicab y Police, con resortes más rígidos, amortiguadores más pesados, una barra estabilizadora delantera más resistente y frenos metálicos sinterizados detrás de las ruedas de 15 pulgadas.

Los mecánicos le agregaron una barra estabilizadora trasera de un Corvette, neumáticos más anchos y fabricaron conductos de enfriamiento para los frenos con mangueras de calefacción flexibles (véalos en todo su esplendor en la galería). La dirección manual se actualizó con una caja de dirección asistida que redujo los giros de bloqueo a bloqueo de seis y cuarto a solo tres y medio.

Los británicos no le dieron mucha importancia cuando el gran Chevrolet Impala llegó a la pista para la clasificación y esbozaron sonrisas de suficiencia cuando el Impala se movía en el medio de la parrilla pero al final del primer día Gurney lo pisó en la última sesión, los Jaguars tuvieron que admitir la derrota: el Impala los había superado nada menos que por dos segundos. Dan Gurney tomó la pole y tenía una misión: mantenerse al frente del grupo durante una docena de vueltas hasta que cayera la bandera a cuadros. Gurney tomó una cómoda ventaja. Permaneció allí, firmemente plantado en el primer lugar, durante las diez vueltas.

Habría sido una victoria cómoda para los grandes estadounidenses (Dan medía 1,93 m de altura) si no hubiera sido por la rueda trasera izquierda que compartía los pernos del tambor y obligaba al corredor a abandonar. Su dominio fue tan amenazante que se le negó la revancha en julio.

Oficialmente, los papeles de homologación no habían llegado, y el coche estaba descartado. Cuando Gurney presentó pruebas de que el vehículo, y los papeles, estaban, de hecho, clasificados y según las reglas, los británicos afirmaron que era demasiado tarde y que no quedaba nada por hacer.

La historia fue contada por el hijo de Dan Gurney, Justin Gurney, quien compró el auto de su padre y lo trajo de regreso a los Estados Unidos 63 años después de la histórica carrera. Tras el doloroso rechazo, Gurney vendió el Impala, allí mismo en Inglaterra, unos días después de la carrera de mayo. El Chevy llegó a Australia, donde tuvo una vida mucho más humilde.

El motor big block 409 fue sacado y colocado una lancha rápida. Al Impala se le puso un modesto 250 de seis cilindros en línea. En 2017, fue comprado por un reputado experto en Chevrolet de Nueva Jersey, junto con su motor original, que había sobrevivido milagrosamente al servicio marítimo.

Poco después, en 2018, pasó a manos de un inglés que realizó una restauración con especificaciones de carrera del automóvil original de mayo 1961 en Silverstone. El coleccionista invirtió más de 18.000 libras esterlinas en piezas (solo las insignias 'SS' costaban 210 libras), incluido un 409 V8 reconstruido con 450 hp y 597 Nm para mantener la planta original.
Este otoño, el propietario decidió mudarse y llamó a Justin Gurney, preguntándole si estaría interesado en comprar el icónico auto de carreras de su padre...obviamente que aceptó y así el Impala volvió a su casa en EEUU.

Héctor Daniel Oudkerk

domingo, 22 de diciembre de 2024

Historia / El nacimiento de RedBull desde las cenizas de Jaguar. El negocio del siglo de los austríacos.

Actualmente Jaguar como marca está pasando una época de crisis y es noticia por tratar de reinventarse como 100% eléctrica para sobrevivir pero hubo una época en la que "The cat" todavía rugía fuerte e intentó ingresar a la Fórmula 1. Esto ocurrió hace solo dos décadas, pero todo terminó mal y Jaguar finalmente vendió su equipo de Fórmula 1 a Red Bull por solo un euro, permitiendo a los austríacos hacer el negocio del siglo.

El proyecto de Jaguar lo tuvo todo. A Niki Lauda como jefe de equipo, a un piloto de élite como Eddie Irvine de estrella, el apoyo de Ford detrás e incluso un Fernando Alonso en su mejor momento haciéndoles de probador. Tuvieron todo en la mesa, salvo éxito. Y tras cinco años el equipo acabó fundido por el despilfarro económico y nunca más a la Fórmula 1.

La aventura de Jaguar en la Fórmula 1 comienza allá por 2000. El gran Jackie Stewart se cansó del equipo por él creado, el Stewart GP que incluso ganó una carrera en 1999 y decidió ponerlo en venta. No tardó en salirle un comprador: Ford, la marca que le suministraba los motores Cosworth V10 3.0. Para potenciar su marca de lujo, Ford decidió que su equipo de Fórmula 1 se iba a llamar Jaguar... se promocionó como "The Cat is Back".  Lució su color verde británico con el jaguar rugiendo incluido, pero el dinero salía directamente de los Estados Unidos. Y nada más llegar dieron un gran golpe de efecto: contrataron como piloto estrella a Eddie Irvine que venía de ser subcampeón del mundo de pilotos y campeón de constructores con Ferrari el año antes, 1999

Pero Jaguar no era Ferrari, e Irvine tardaría poco tiempo en darse cuenta. Aquel primer Jaguar R1 que debutó en el GP de Australia 2000 tan solo fue capaz de sumar cuatro puntos en toda la temporada, todos de Irvine. El otro piloto, Johnny Herbert, que se había quedado en Jaguar desde Stewart GP, acabó la temporada en blanco. Sin un mísero punto.

Eso le costó a Herbert su carrera en la Fórmula 1. Fue despedido y nunca más volvió, mientras que su lugar en Jaguar lo ocupó Luciano Burti, el piloto de reserva y tester. Pero los resultados tampoco llegaban en 2001, así que Ford decidió cortar por lo sano: tras solo unas carreras echó al jefe del equipo, "Bobby" Rahal (foto), pensando que lo suyo era la Indy y no la F1 y lo reemplazó por una figura indiscutible Niki Lauda.

La primera decisión de Lauda al frente de Jaguar fue despedir a Luciano Burti a mitad de temporada para reemplazarlo por el español Pedro de la Rosa. La mejoría con Lauda al frente se hizo patente en Mónaco, donde Irvine consiguió el primer podio de la historia de Jaguar en la Fórmula 1, solo detrás de los dos Ferrari.

Jaguar acabó el año con nueve puntos, seis de Irvine y tres de de la Rosa, lo que significa una discreta mejora respecto al debut. Y es aquí donde Niki Lauda intentó darle el empujón definitivo al proyecto de Jaguar-Ford en la Fórmula 1 con dos nombres clave: el ingeniero Adrian Newey y un entonces muy joven Fernando Alonso.

Lauda se lanzó de cabeza a por Newey, sabedor de que el británico no estaba a gusto con el ambiente de McLaren y había ciertas disputas internas. Pero entonces Newey rechazó ir a un equipo en el que acabaría solo tres años después.

En cuanto a Alonso, Lauda consiguió que se llegase a subir al Jaguar e hiciese como probador en algún test, pero cuando quiso convertir a Alonso en piloto titular subiéndolo a la Fórmula 1 se encontró con la oposición frontal de Briatore que lo mantuvo en Renault.

En 2002 Jaguar consiguió otro podio, el segundo y, aunque aún no lo sabían, el último. Lo hizo Irvine en Monza, justo antes de anunciar su retirada de la Fórmula 1. De la Rosa ni siquiera consiguió sumar un punto ese año, así que sin Alonso, sin Newey, sin grandes resultados y sin un proyecto claro de futuro, Ford decidió reducir la inversión.

Para 2003 Jaguar despidió a Niki Lauda. El nuevo jefe del equipo fue John Hogan (abajo) y su misión, muy clara: abaratar costos y sobre todo ir buscando comprador para el equipo. Porque Ford estaba empezando a notar lo que era invertir sin ganar esa Fórmula 1.

Jaguar fichó como piloto a Mark Webber y a Antonio Pizzonia empezó la temporada como titular, pero tras pésimos resultados y un bizarro incidente en el que estrelló un Jaguar S-Type R en la primera curva de Barcelona mientras paseaba a un VIP, el brasileño fue despedido. Su lugar lo ocupó el añorado Justin Wilson, que sumó un punto en las pocas carreras en las que participó.

A esas alturas de la película ya todo el mundo tenía claro que Jaguar era un equipo en venta. Para 2004 mantuvieron a Webber y subieron en el segundo coche a Christian Klien, un joven novato austriaco que venía con un patrocinio de Red Bull debajo del brazo. 

Hogan estuvo a punto de venderle el equipo Jaguar a unos inversores chinos que además estaban dispuestos a mantener los motores Ford en la parrilla. La idea era crear algo así como un equipo China Ford sobre los restos de Jaguar, el que habría sido el primer equipo chino de la Fórmula 1.

Pero ni los chinos ni especialmente Ford estaban plenamente convencidos de la maniobra, que se acabó disipando cuando estaba ya lista para firma. Los que sí tenían un interés real eran los de Red Bull, pero con una condición: ellos asumían el equipo sin pagar ni un solo euro por su compra.

Finalmente la venta de Jaguar a Red Bull se produjo el último día de inscripciones para la siguiente temporada, a finales de 2004, a cambio de un dólar. Ese equipo, hoy vale casi 3.000 millones de dólares y ha ganado ocho mundiales de pilotos y seis de constructores en los últimos 20 años. Y, sí, con el ingeniero Adrian Newey como pilar fundamental del proyecto.

Ese fue el final de la historia de Jaguar en la Fórmula 1 que quiso hacer lo que después hizo Red Bull gratis a su costa.

Héctor Daniel Oudkerk

fuente : https://www.motorpasion.com/

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Ferrari 250 LM de 1964 / El único Ferrari privado que ha ganado Le Mans está tratando de venderse por 26 millones de dólares.

Ese Ferrari forma parte de la colección del Indianapolis Motor Speedway Museum y está a punto de ser vendida por RM Sotheby's el próximo año. Y es no cualquier Ferrari, sino quizás uno de los autos de competición con más historia que jamás haya existido.

El tipo 250 LM nació del deseo de la compañía de homologarlo como GT y ser un posible reemplazo del 250 GTO. Se basó en el 250 P que ganó la carrera en 1963 y contaba con un motor V12 de 3.3 litros.

Se construyeron 32 unidades que se pusieron a la venta de clientes particulares pero nunca pudo lograr la homologación de la FIA (exigían 100 autos), por lo que la familia de coches LM nunca correría bajo la bandera de fábrica. Sin embargo, sería inscrito por equipos privados.

De los 32 250 LM construidos en el transcurso de tres años (1963 a 1966) este es el más famoso de todos, el chasis 5893. Es el sexto de su tipo por secuencia numérica y el único Ferrari privado que ha ganado la 24 horas de Le Mans.

La historia del automóvil comienza en 1964, cuando se lo entregó a Luigi Chinetti Motors (distribuidor de Ferrari en EEUU) después de salir de las líneas de montaje. Durante un breve tiempo, estuvo en posesión de un cliente privado, pero fue devuelto al concesionario por alguna razón. A partir de ahí, entró en el garaje de un equipo de carreras conocido como North American Racing Team (NART), y pasaría a hacer historia.

Respaldado por la propia Ferrari (uno de los cuatro equipos privados que gozaron de atención), NART inscribió el 250LM en las 24 Horas de Le Mans de 1965 junto a otros cuatro LM, y lo participó con el # 21, en manos de Masten Gregory y Jochen Rindt.

Al final de la carrera, el #21 terminó en la cima de la general, logrando una victoria que entraría en los libros de historia al vencer no solo a la competencia (Ford es el más destacado), sino también a los propios prototipos oficiales de Ferrari. También marcó la sexta victoria consecutiva de Ferrari en Le Mans, y una impresionante victoria 1-2-3.

Después de ganar la carrera de Le Mans en 1965, el chasis 5893 se inscribiría en varias otras carreras, pero nunca más volverá conseguir la gloria. Compitió en la edición inaugural de 24 horas del Daytona Continental en 1966, donde terminó 9º en la general, regresó a las 24 Horas de Daytona en 1968 (abandonando después de 101 vueltas), e hizo el viaje a Le Mans una vez más ese mismo año, que tampoco terminó abandonando después de 209 vueltas.

El último esfuerzo del coche para ser aún más impresionante fue en 1969, cuando por tercera vez fue a Le Mans, terminando 8º en la general, e hizo otro intento de impresionar a las multitudes de las 24 horas de Daytona en 1970, cuando terminó la carrera en el 7º lugar en la general.

La increíblemente larga carrera de este coche lo convierte en uno de los 25 Ferrari que han corrido tres veces en Le Mans y es el único coche de la era de Enzo Ferrari que participa en seis competiciones de 24 horas.

Después de retirarse de las carreras, el LM pasó a ser propiedad del Museo del Indianapolis Motor Speedway. Eso sucedió en 1970, y el automóvil ha estado en posesión de esta organización desde entonces. De vez en cuando, sus propietarios lo llevaban a impresionar a las multitudes en varios eventos y lugares especializados: The Quail, a Motorsports Gathering, el Pebble Beach Concours d'Elegance, el Amelia Island Concours d'Elegance y el Petersen Automotive Museum, solo por nombrar algunos.

A pesar de los muchos años y las muchas carreras que pasaron por él, sigue siendo en su mayoría original. Claro, se han hecho reparaciones a lo largo de los años, incluido un repintado del capot, pero el motor V12 Tipo 211 (completo con sellos de verificación) y la caja de cambios siguen siendo los originales, al igual que la carrocería.

RM Sotheby's lo está vendiendo en nombre del Museo del Indianapolis Motor Speedway durante un evento que se llevará a cabo en París en febrero de 2025. Se completa con un tesoro de documentos, incluidas copias de documentos que acreditan la propiedad anterior, copias del Carnet de Pesage de sus entradas en Le Mans y varios otros artículos.

En cuanto a la suma que la casa de subastas espera obtener por el 250LM es de 25 millones de euros (26,2 millones de dólares).

Héctor Daniel Oudkerk