Toyota Sora, el primer autobús de pila de combustible que funciona con hidrógeno y no contamina

Comienzan las ventas en Japón del autobús de pila de combustible Toyota Sora, basado en hidrógeno para alimentar un motor eléctrico

Bus TOYOTA SORA repostando hidrógeno

Por el momento, las noticias son sobre Japón, pero no desesperamos al ver vehículos de este tipo, también, en un futuro no muy lejano. Estamos hablando de autos de hidrógeno, o más bien de autobuses de hidrógeno. Toyota ha comenzado a vender, en su propio país el Sora, un autobús impulsado por celdas de combustible.

Él es el primero en recibir la aprobación de las autoridades japonesas. El objetivo de Toyota es ambicioso: introducir 100 vehículos de este tipo en el mercado para 2020, en menos de dos años, principalmente en el área metropolitana de Tokio que albergará los Juegos Olímpicos ese verano. El autobús de hidrógeno Toyota Sora puede manejar energía hasta 235 kWh; en caso de desastres naturales, también puede funcionar como un generador eléctrico. También está equipado con los más avanzados sistemas de seguridad y asistencia al conductor.

El nombre comercial dado por la casa japonesa a este sistema de combustible es Toyota Fuel Cell System, la tecnología introducida en el automóvil Mirai, que también es un modelo actualmente en producción. Pero hablemos del autobús de Sora, que no es una palabra en el dialecto romano, sino un acrónimo en inglés: Sky Ocean River Air (cielo, océano, río, aire); representa el ciclo del agua en la tierra.

Recordamos los conceptos básicos de esta forma de propulsión: las células de combustible utilizan las reacciones químicas causadas por el contacto de hidrógeno y oxígeno con metales catalíticos especiales (principalmente platino) para extraer un flujo de electrones dirigido hacia uno o más motores eléctricos.

La energía puede almacenarse en una batería o transferirse directamente desde las células al motor. El hidrógeno proviene de un tanque especial. El subproducto de la reacción química es simplemente agua (hidrógeno + oxígeno), por lo que no hay emisiones contaminantes. En comparación con un vehículo eléctrico que funciona con batería, las ventajas son considerables: menor peso (no se necesitan grandes paquetes de baterías), menos problemas de disipación de calor y un suministro de hidrógeno muy rápido (alrededor de tres minutos).

Las desventajas son esencialmente dos: se necesita una infraestructura de distribución de hidrógeno específica (que, sin embargo, ya se produce a gran escala para uso industrial); sobre todo, los metales preciosos utilizados como catalizadores, especialmente el platino, son muy raros y, por lo tanto, caros. Sin embargo, la investigación actual está explorando el uso de otros materiales. En países como Argentina al haber estaciones de carga de GNC si bien el manejo del Hidrógeno es distinto la adaptación sería menor por lo que es un sistema a considerar.