Para celebrar el 25º aniversario de la versión evo y el 50º de Caterham se lanzó un coche que combina el confort diario (para un Seven) con una excelente capacidad para el día de la pista, haciendo una mezcla entre un 420 de carretera y el 420R orientado a la pista, basado en el chasis estrecho con suelos rebajados. En el lado carretera conserva la jaula antivuelco 'Trackday' (una jaula completa pero con barras de techo menos restrictivas que las versiones Sport y Race, lo que facilita el acceso), butacas confort, el escape de salida trasera más silencioso, calefacción y un equipamiento meteorológico completo en cuanto a techo y puertas. En el lado de la pista tenemos la mecánica 420 Cup, con el motor Ford Duratec de 2 litros, de cárter seco y conectado a una transmisión manual de cinco velocidades, además de suspensión delantera de vía ancha, un diferencial de deslizamiento limitado, amortiguadores Bilstein ajustables de diez posiciones y neumáticos Avon ZZS sobre llantas ligeras de 13 pulgadas.
La dirección es bastante pesada debido a los neumáticos delanteros relativamente anchos, 185/55 (los traseros son 215/55s), pero es manejable sin esfuerzo, el embrague y la palanca de cambios están bien ponderados y en la autopista el escape es razonablemente silencioso. Como era de esperar, el evo25 Seven es excelente en carretera y bastante excelente en pista. Las series pequeñas evitan que los modelos deban pasar por los costosos test de homologación europeos.
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