La start-up francesa de coches eléctricos Gazelle ha desarrollado junto al fabricante de células fotovoltaicas flexibles Armor un prototipo inicial de la funda.
Con un peso de 450 gramos por metro cuadrado, esta fina película fotovoltaica hecha de compuestos orgánicos promete aportar hasta 48 km adicionales de autonomía al día.
Esta cubierta protectora fotovoltaica retráctil equipa un motor de accionamiento instalado en el guardabarros trasero del automóvil, por lo que la cubierta se puede desplegar y guardar sin intervención humana.
Desde el punto de vista técnico, esta funda tiene 9 módulos solares ASCA (fabricados sin tierras raras) que cubren una superficie total de 4 m² y que proporcionan potencia suplementaria al vehículo e incrementan su autonomía.
Armor ha logrado esta innovación gracias a su experiencia en el recubrimiento de cintas de transferencia térmica para la impresión de códigos de barras, y asegura que es totalmente reciclable.
Habrá que esperar un tiempo para saber si es viable y sobre todo si consigue transformar la luz que recibe del exterior sin incidencia directa del sol, como prometen sus fabricantes
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