La empresa creada por el doctor, ha informado del fallecimiento del ideador de uno de los mayores avances en seguridad de los últimos tiempos. |
Junto a General Motors, Hubbard trabajó duramente en el dispositivo desde 1985, cuando se presentó el primer pototipo, hasta una versión más definitiva en 1989, cuando habían logrado reducir en las cervicales las energías derivadas de los impactos en un 80%. Dos años más tarde, comenzó la comercialización del HANS, aunque en un principio costó bastante convencer al mundo de la competición de su idoneidad.
HANS (Head and neck Support) |
Si bien la mayoría de las muertes en competición tenían que ver con lesiones en el cuello producto de la deceleración, los pilotos se mostraron muy reacios a su uso, al considerarlo un dispositivo aparatoso e incómodo. Ya en 1996 ciertos campeonatos comenzaron a recomendar su uso, pero no se atrevieron entonces a imponerlo. Conocida era la negativa de Dale Earnhardt, ídolo de masas en la NASCAR, y que tristemente falleció a consecuencia de un accidente en 2001, del que se dice que el HANS podría haber evitado. Precisamente 2001, la CART, ahora Indycar, lo impuso en su campeonato.
La Fórmula 1 se interesó muy activamente por el HANS en 1994, tras los accidentes de Ayrton Senna y Ronald Ratzenberger, realizando pruebas activas desde 1996 a 1998, aunque la obligatoriedad no llegó hasta la temporada 2003. Una vez la FIA lo introdujo en Fórmula 1, el resto de campeonatos fue introduciéndolos paulatinamente, siendo en la actualidad un dispositivo obligatorio en todo tipo de carreras, de eficacia más que probada, y al que se le atribuye el haber salvado a pilotos de incontables lesiones en los últimos años, motivo por el que se considera uno de los mejores avances en términos de seguridad de las últimas décadas, a la altura del casco o los cinturones de seguridad.
Su creador, el mencionado Robert Hubbard, ha fallecido en su hogar, rodeado de sus seres queridos, dejando en el Motorsport una huella a la que tanto pilotos como equipos estarán eternamente agradecidos. Gracias por todo, Doctor Hubbard. Ahora queda por delante trabajar para evitar las lesiones de columna dorso-lumbar en general no mortales pero que causan un muy alto grado de discapacidades parapléjicas como fué el reciente caso de Robert Wickens. Tal vez un protector tomando como base a los utilzados en el fútbol americano o para el tratamiento de escoliosis podrían ayudar adaptándolos al automovilismo.
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