WASHINGTON - El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, arremetió el martes contra los aranceles de represalia impuestos por la Unión Europea, China y otros miembros de la Organización Mundial de Comercio, diciendo que Estados Unidos "tomaría todas las medidas necesarias" para proteger sus intereses.
Cuatro días después de que la UE impusiera aranceles a las motocicletas estadounidenses, bourbon, jugo de naranja y otros productos en respuesta a los aranceles de acero y aluminio de Estados Unidos, Lighthizer dijo que no había base legal para la respuesta de la UE.
"Estas tarifas de represalia subrayan la completa hipocresía que gobierna gran parte del sistema de comercio global", dijo Lighthizer. La UE, China y otros afirman ser los campeones de las reglas de la OMC, dijo, "pero sus tarifas recientes demuestran que simplemente ignoran las reglas de la OMC siempre que hacerlo sea conveniente".
El Presidente Donald Trump amenazó el martes a Harley-Davidson con mayores impuestos no especificados sobre la decisión del fabricante de motocicletas de trasladar parte de la producción de Estados Unidos a sus instalaciones internacionales en respuesta a las tarifas de motocicletas de la Unión Europea.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, acaba de renovar sus amenazas de gravar automóviles importados en territorio estadounidense. "Constrúyelos aquí", agregó a través de Twitter.
Donald Trump amenaza a la industria automovilística europea: "¡Constrúyelos aquí"!
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La escalada se está acelerando. En respuesta a la intención de Donald Trump de imponer aranceles al aluminio y al acero, la Unión Europea ha decidido aplicar aranceles del 25% sobre una serie de productos estadounidenses desde junio La respuesta del presidente de los EE. UU. No fue tan larga: el mismo día, Donald Trump volvió a amenazar a Europa mediante un mensaje publicado en su medio de comunicación favorito, Twitter. "Si estos aranceles y barreras comerciales no se desmantelan y eliminan rápidamente, pondremos un 20% de impuesto en todos los automóviles que lleguen a los Estados Unidos", escribió, antes de agregar "Constrúyelos aquí". Un anuncio que hundió las acciones europeas de automóviles y el índice Dax en la Bolsa de Frankfurt. Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea para el empleo, el crecimiento, la inversión y la competitividad, Jyrki Katainen dijo a nuestros colegas del Mundo después de esta nueva declaración de Donald Trump que "si deciden para elevar sus aranceles, nuevamente no tendremos más remedio que reaccionar ". Mientras afirmaba, "deja de escalar".
Volvo le hace caso a Trump y echa raíces en EE.UU. en el peor momento posible: Charleston será el único lugar de fabricación del S60
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Por aquel entonces, con Barack Obama en la presidencia, no se lanzaban cuchillos en forma de efectivas amenazas arancelarias, y el proyecto ya era sólido en 2015. Pero parece que Donald Trump acaba de propinar un duro golpe al plan maestro de Volvo.
"La apertura de nuestra primera fábrica estadounidense es un gran negocio"El pasado 20 de junio se inauguró oficialmente la planta estadounidense, que fabricará el Volvo S60 -que no se ofrecerá con motor diésel- y, a partir de 2021, la próxima generación del todocamino XC90. Y aclaran por si no nos hemos enterado: "los automóviles construidos en la planta están destinados tanto al mercado interno de los Estados Unidos como a la exportación internacional".
La fábrica tiene capacidad para producir hasta 150.000 automóviles por año, y según la compañía, se espera que los primeros Volvo construidos en Carolina del Sur salgan de la línea de montaje a finales de 2018, si no este mismo verano. En cuanto al resto de previsiones, Volvo Car USA estima que la fábrica empleará "hasta 2.000 personas en la próxima década y hasta 4.000 personas a largo plazo".
Según el presidente y director ejecutivo de Volvo Cars, Hakan Samuelsson, la planta de Charleston, en la que se han invertido 950 millones de euros, establece los Estados Unidos como el tercer mercado interno de la compañía. Es mejor fabricar donde más vendes, afirman. En 2017, Volvo vendió 82.000 vehículos, todos importados.
Confían tanto que el presidente y CEO de Volvo Car en Norteamérica, Anders Gustafsson, afirma que la apertura la primera fábrica estadounidense de la firma "es un gran negocio". Lo cierto es que Charleston es un importante centro neurálgico para la industria automotriz estadounidense, con la presencia de gigantes como Bosch o Mercedes-Benz y la ventaja de contar con el puerto como punto clave para importaciones y exportaciones masivas.
Pero últimamente las fornas han cambiado y el mismo día de la inauguración del emplazamiento, en Volvo verbalizaron lo evidente: están "extremadamente preocupados" por los aranceles en el aluminio y el acero y sobre todo, por el aumento de las tasas arancelarias en la importación de coches.
Claro que fabricar en Estados Unidos ahorrará dinero a la compañía a la hora de vender localmente, pero el delirio proteccionista de Trump no ayudará ante el hecho de que la planta de Carolina del Sur importa motores de Europa.
Sammuelson dijo que la guerra tarifaria de Trump es "como retroceder al siglo XIX" y recomienda a la Administración republicana que respire y piense en lo que está ocurriendo. ¿Y qué está ocurriendo? Que ya se ha impuesto una tarifa del 25 % sobre el acero y del 10 % sobre el aluminio, los dos ingredientes principales para la fabricación de coches.
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