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Recientemente renovado, el Audi A5 acaba de recibir ahora la nueva microhibridación de 48 voltios, lo que permite fases de conducción totalmente eléctricas. Suficiente para reducir aún más el consumo de combustible en el 2.0 Diésel de 204 CV. |
Aunque la prohibición total del motor de combustión interna todavía está prevista en Europa para 2035, Audi sigue trabajando para limpiar su TDI. De este modo, el 2.0 de 204 CV recibe una nueva microhibridación de 48 V, al igual que los V6 de gasolina.
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A diferencia del A3 1.5 eTFSI, el sistema no se apoya únicamente en un alternador-motor de arranque, (mild hybrid clásico) ya que añade un motor eléctrico de 24 CV y 230 Nm. Alimentado por una batería LFP de 1,7 kWh brutos, este no solo es responsable apoyar al motor térmico para ayudarle a consumir menos, sino también para tomar el relevo ocasionalmente durante fases cortas, como maniobras. |
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Un sistema que recuerda al de Stellantis, con la diferencia de que el motor eléctrico no está situado dentro de la caja de cambios, sino justo detrás de ella, conectado al eje de transmisión. Las ventajas son numerosas. En primer lugar, no es necesario modificar la caja de cambios, que sigue teniendo 7 marchas y además es posible montar la transmisión Quattro sin realizar modificaciones. Por encima de los 140 km/h el motor eléctrico está completamente desacoplado. |
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Queda por ver qué supone esto en términos de placer de conducción y, sobre todo, de ahorro de combustible, sabiendo que Audi anuncia una ganancia de 0,4 l/100 km en el ciclo combinado respecto al antiguo modelo 2.0 TDI microhíbrido de 12V. |
El sistema funciona con niveles de carga específicos, concretamente del 50 al 55% en el modo de conducción D, y del 70% en el modo S, este último destinado a proporcionar impulsos repetidos.
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Cada elemento del sistema híbrido actúa de forma independiente: el bloque térmico y el motor eléctrico fijado al eje de transmisión ponen en marcha el coche (entregando 67,8 y 12,3 kW respectivamente), mientras que el alternador-arranque recupera energía (8 kW). Pero los flujos entre ellos cambian constante e imperceptiblemente. |
Dicho esto, el dispositivo convence por su fluidez y suavidad en su uso. Por supuesto, el Diésel sigue siendo ruidoso, pero los flujos de energía son imperceptibles y los cambios de marcha son siempre muy suaves. Además, los golpes de varita del hada de la electricidad mejoran la reactividad y la flexibilidad a bajas revoluciones, hasta el punto de evitar algunos cambios descendentes según los ingenieros de Audi.
La mecánica demuestra frugalidad y una suavidad ejemplar en su uso. Gracias al compresor eléctrico del aire acondicionado, el aire acondicionado funciona cuando el motor de combustión está apagado, por ejemplo en los semáforos.
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Queda por tener en cuenta el consumo indicado en el ordenador de a bordo. Después de un viaje de unos 60 km por una carretera rural de montaña y por la ciudad, el A5 indicaba 5,8 l/100 km. Nada revolucionario, por supuesto, como anunció Audi, pero sigue siendo interesante para un familiar de 4,83 m de largo con tracción total (aunque esta última no sea permanente) equipado con neumáticos 245/40 R19. |
Aunque el cambio de generación y la llegada de esta tecnología híbrida pueden hacer temer un fuerte aumento de precio, el sobrecoste parece razonable: hay que esperar pagar 53.600 € por una berlina de entrada de gama con tracción delantera.
Héctor Daniel Oudkerk
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