lunes, 2 de mayo de 2022

Citroën 'Petite Rosalie', un récord vigente pasados más de 80 años...300.000 kilómetros a una velocidad media de 93,5 km/h sin detenerse.

Citroën 8CV Petit Rosalie 300.000 km

En la década de 1920, la velocidad, la inventiva y la potencia eran conceptos que los fabricantes querían mostrar y para ello surgieron las carreras de velocidad y resistencia, que en no pocas ocasiones finalizaban con resultados trágicos.

André Citroën, uno de los grandes precursores de su época, no era muy aficionado a este tipo de actividades ya que consideraba que los suyos eran autos para usar a diario, para las familias y para los trabajadores: coches seguros, fiables, confortables y prácticos que nunca se pensaron para ser llevados a velocidades de locura por pilotos temerarios.

Para demostrar la fiabilidad, la solidez y la seguridad de sus vehículos, André Citroën utilizaba otro tipo de iniciativas bien distintas: había ideado, por ejemplo, las «Caravanas Citroën» con las que llevaba sus nuevos modelos a las plazas de pueblos y ciudades para que los clientes potenciales sintieran con sus propias manos la robustez de sus coches, había atravesado el desierto del Sáhara con los B2 semi-orugas (Kegresse) y se preparaba para llegar hasta China (con C4 y C6) para demostrar la proverbial seguridad y resistencia de sus automóviles. El objetivo de todos estos eventos no era, en ningún caso, demostrar prestaciones puras ni velocidad. De todos modos, con los Rosalie, André Citroën pudo demostrar que sus coches tenían también estas características.

En París, en 1931, una empresa que producía aceites y lubricantes para automóviles (Yacco) decidió organizar un evento publicitario de su nuevo aceite en autos de serie eligiendo para ello un Citroën C6 F dotado de una carrocería especial en aluminio diseñada por César Marchand, experto mecánico y piloto formado en las filas de la marca Avions Voisin. En septiembre, el vehículo estaba terminado y fue bautizado como «Rosalie» en honor de Santa Rosalía que se celebraba en esa época del año.

En la pista del Circuito de Montlhéry, cerca de París y bajo la atenta mirada de los comisarios de la Asociación de Clubs del Automóvil entre el 22 de octubre y el 1 de noviembre de ese año, Rosalie recorrió 25.000 kilómetros batiendo 14 récords internacionales.

Citroën C6 F

Entusiasmado con el resultado, Marchand compró otro Citroën, un C6 G al que equipó con la misma carrocería perfilada del C6 F, y al que nombró Rosalie II. Volvió a la pista de Montlhéry y giró durante 100.000 km sin detenerse en ningún momento entre el 5 de marzo y el 14 de abril de 1932 a una velocidad media de 108 km/h y conquistando 60 récords internacionales y 30 récords mundiales en la categoría 2 a 3 litros.

Citroën C6 G

André Citroën, pese a ser reticente a la idea de implicarse en competición, no pudo ignorar los éxitos conseguidos por sus C6. Se propuso incluso celebrar los 100.000 km del Rosalie II con un gran banquete en la pista donde él mismo agitó la bandera a cuadros para detener el coche de los récords. Al término del evento, el propio André Citroën pidió que el auto partiera nuevamente para recorrer otros 34.000 km antes de detenerse definitivamente el 28 de abril de 1932. André Citroën, con un golpe publicitario ofreció un millón de francos para la marca que consiguiera batir el récord de «su» Rosalie II antes del 1 de octubre de 1932. Obviamente nadie ganó ese premio…

Citroën Rosalie V

«Rosalie» se convirtió, de hecho, en la denominación con la que se conocieron los modelos Citroën de principios de la década de 1930 que participaban en pruebas de resistencia para demostrar la fiabilidad del producto.

Citroën 8CV Petit Rosalie 300.000 km

El 15 de marzo de 1933, subieron el listón y esta vez bajo el impulso directo de André Citroën en colaboración con la marca de lubricantes Yacco, un 8 CV, dotado de una carrocería aerodinámica con el número cuatro «4» en los flancos y bautizado como «Petite Rosalie» inició una nueva maratón en circuito en el anillo de Montlhéry. La prueba, siempre de duración y resistencia, se desarrolló según el exigente reglamento de la AIACR (Federación Internacional del Automóvil) que permitía sustituir solo las partes mecánicas sujetas a un normal desgaste y a detenerse solo los pocos minutos necesarios para repostar o para sustituir al conductor . En caso de avería o de accidente, la prueba se daba por terminada.

Con sus 5 pilotos que se alternaban al volante cada 5 horas, el formidable Citroën 8CV Petite Rosalie giró en pista de manera ininterrumpida durante cuatro meses, deteniéndose el 27 de julio después de haber recorrido 300.000 kilómetros a una velocidad media de 93,5 km/h y batiendo 297 récords: 191 internacionales, entre ellos el de mejores prestaciones entre los autos de su cilindrada, y 106 récords mundiales entre los que se obtuvo el liderato absoluto como mejores prestaciones independientemente de la cilindrada.

El 8 CV no se detuvo a causa de un problema técnico: fue nuevamente André Citroën en persona el que organizó una «ceremonia de clausura» durante la cual lanzó su enésimo desafío: «si existe una marca automovilística que pueda hacerlo mejor que nosotros, que lo demuestre: si entre hoy y el 1 de enero de 1935, uno de sus coches recorre más de 300.000 km sin detenerse y a una velocidad superior a la mantenida por el Petite Rosalie, pagaré inmediatamente 3 millones de francos». Fue una apuesta audaz fruto de la confianza de André Citroën en la robustez del Citroën 8 CV. En cualquier caso, tampoco nadie reclamó nunca esa suma de dinero.

Los integrantes del equipo que logró el récord de los 300.000 km.

Aprovechando el golpe publicitario Citroën presentó en enero de 1932 durante el Salón de París su serie «Rosalie»: 8CV, 10CV y 15CV.

El Citroën 8CV (1.400 cc) y el 10CV (1.800 cc), con motores de cuatro cilindros, reemplazan al C4, mientras que el 15CV (2.700 cc), con uno de seis cilindros, sucede al C6.

Estos modelos equipan ya el motor flotante que introdujeron previamente los C4 G y C6 G, una innovación que André Citroën concibe y que logra la filtración de las vibraciones interponiendo, entre la mecánica y el chasis, bloques elásticos de caucho.

La epopeya de los Rosalie de récords prosiguió con Rosalie VI otro 15 CV de 6 cilindros dotado de carrocería Sport monoplaza que giró en pista durante solo dos días en abril de 1934 pero a una velocidad sostenida elevada lo que le permitió establecer diferentes récords por encima de la barrera de los 150 km/h.

El 1934 debutó en el Salón del Automóvil de París el Traction Avant, el nuevo Citroën definido como «rey de la carretera». Un año más tarde fue precisamente un Traction Avant 7B el que sirvió de base al Rosalie VII.

Por tercera vez se utilizó un 15 CV con motor de 6 cilindros, carrozado con la disposición «sport monoplaza» del Rosalie VI y fue en julio de 1935 cuando batió diferentes récords de velocidad por encima de 145 km/h. Con este coche concluyó la operación publicitaria ideada por André Citroën y basada en la «fiabilidad y la robustez».

Citroën 15CV Rosalie Spido

Las crónicas de la época hablan de los récords de, al menos, otros dos Citroën Rosalie: el 15 CV Spido, desarrollado por la empresa de aceites Spidoléine. Gracias a una línea aerodinámica bien estudiada con un particular carenado de las ruedas, este coche recorrió, entre abril y junio de 1933, 20.000 km a una media de 132 km/h batiendo en un solo intento 15 récords internacionales.

La serie «Rosalie» supuso, además, el paso previo a uno de los modelos míticos de la historia de Citroën, ya que para superar el éxito comercial de estos modelos, André Citroën quería lograr un modelo altamente innovador y, para ello, contrató al ingeniero André Lefebvre y al diseñador Flaminio Bertoni, que desarrollaron el Citroën Traction Avant, uno de los grandes iconos de la marca y precursor de la tracción delantera.

Citroën Rosalie Yacco IV

Finalmente, un Traction Avant (11CV berlina) llamado Rosalie IX totalmente de serie, dotado de su carrocería original, recorrió 100.000 km a una media de 1.500 km diarios no en circuito sino en las carreteras convencionales francesas. Los pilotos fueron concesionarios y agentes Citroën , la mecánica fue confiada al equipo de César Marchand y en 1936 el Citroën Traction Avant abandonó las pistas de los circuitos y empezó a ganar pruebas de rallies.

Citroën Rosalie IX Yacco

Héctor Daniel Oudkerk/

Fuentes: https://www.elmundo.es/motor/2015/08/19, https://www.abc.es/motor/reportajes/abci-rosalie-coche-anos-30, www.diariomotor.com

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