Jaguar llega a un punto de inflexión. La producción del F-Pace ha finalizado definitivamente en su fábrica de Solihull, Inglaterra, y con ella el fin de la trayectoria de la marca en el sector de los motores de combustión interna, ahora decidida a relanzarse en el sector eléctrico.
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| El SUV, que debutó en 2016, se ofreció en versiones de gasolina, Diésel e híbrido enchufable. El último ejemplar, en color negro, pertenece a la gama deportiva SVR y pasará inmediatamente a formar parte de la colección del Jaguar Daimler Heritage Trust. |
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| La noticia llega en un momento difícil para Jaguar: tras las críticas negativas sobre su estrategia y cambios de imagen, y el lanzamiento del controvertido prototipo Type 00, la compañía ha respondido a los rumores sobre la salida del diseñador Gerry McGovern, hasta ahora tímidamente negados ("no lo hemos despedido", declaró la compañía simplemente) y del CEO Adrian Mardell. Este último ha sido reemplazado por P.B. Balaji, de Tata Motors, quien se enfrenta a una difícil tarea: Jaguar se encuentra prácticamente sin modelos y espera el lanzamiento de su coche eléctrico de producción en 2026 para retomar el rumbo. |
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| La decisión de no permitir un periodo de coexistencia entre los modelos antiguos y los de nueva generación es única en el panorama automovilístico y refleja la complejidad de los retos que ha afrontado la industria en los últimos años. Para Jaguar, el sector premium ya está volcado en los vehículos eléctricos, y esta decisión irrevocable determinará su futuro y su éxito o no comercial. |
Héctor Daniel Oudkerk
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