Con este nuevo giro Hertz quiere evitar pérdidas en uno de sus mercados más potentes, ya que en EEUU la demanda de vehículos eléctricos está en plena desaceleración. Además, a la compañía no le salen las cuentas por los “elevados gastos relacionados con las colisiones y daños de su flota eléctrica”.
Hertz, que inicialmente tenía como objetivo electrificar el 25 % de su flota para finales de 2024, se ha topado con dos realidades muy distintas del coche eléctrico: mientras que en Europa la electrificación impuesta por Bruselas tiene un calendario muy ajustado, en EEUU el ritmo es diferente. Así que de momento ha optado por volver a los vehículos de gasolina.
El CEO de la compañía, Stephen Scherr, ya dijo en una entrevista a la CNBC que “no hay ningún cambio tecnológico, incluidos los vehículos eléctricos, que funcione en línea recta sin algunos contratiempos ni desafíos”. Para Hertz, las piedras más importantes en su camino a la electrificación han sido la pérdida de valor de sus Teslas por las bajadas de precio en 2023, y los costos relacionados con la reparación y el mantenimiento de estos coches.
Otras compañías alquiladoras como Sixt, también están siguiendo su ejemplo en EEUU, en este caso en favor de un acuerdo con Stellantis.
Estos movimientos puede afectar al mercado de vehículos eléctricos no solo en términos de precio inicial, sino también el de reventa.
Héctor Daniel Oudkerk
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