viernes, 2 de febrero de 2024

Industria / Los problemas financieros de Polestar señalan un "tiempo de sacudida" para la industria de los vehículos eléctricos. Los inversores que apostaron más de 1,2 billones de dólares en vehículos eléctricos se enfrentan a decisiones cada vez más difíciles para reducir las pérdidas.

ESTOCOLMO - La decisión del fabricante de automóviles chino Geely el jueves 1-2-2024 de hacerse cargo de la financiación del fabricante de vehículos eléctricos Polestar perteneciente a Volvo Cars es una muestra de que se avecinan tiempos tormentosos en una industria que apostó tal vez demasiado por la electrificación.

Geely posee una participación mayoritaria en Volvo, que ha operado Polestar como una sub marca de vehículos eléctricos de lujo. Ahora Volvo Cars dejará de proporcionar fondos a Polestar y transferirá la responsabilidad de la marca a la china Geely, que por su parte es el accionista mayoritario de Volvo.

El acuerdo propuesto haría que Volvo transfiriera parte de su participación del 48 por ciento en Polestar a Geely, dijeron en Volvo el jueves.

La redistribución de las acciones se produce tras un crecimiento más lento de lo esperado en Polestar, junto con un enfriamiento cada vez mayor en la venta de los vehículos eléctricos que ha arrastrado sus acciones a un mínimo histórico.

Las luchas de Polestar y otras marcas más pequeñas por sobrevivir muestran el enorme costo que supone el desarrollo de los vehículos eléctricos, que solo soportan las empresas con mucho dinero capaces de asimilar una hemorragia financiera sostenida. Una desaceleración de la demanda mundial de vehículos eléctricos podría ahora eliminar a los actores más débiles y forzar una ola de consolidación.

"Ciertamente es el momento de la sacudida", dijo Andy Leyland, cofundador del especialista en cadena de suministro SC Insights. "Las nuevas empresas de vehículos eléctricos deben comenzar a mostrar cómo se moverán hacia la rentabilidad y cómo competirán... con los jugadores más grandes y los chinos".

La decisión de Volvo de detener las inversiones en Polestar se produjo después de que la marca de vehículos eléctricos de lujo incumpliera sus objetivos para el 2023 que ya se había revisado repetidamente a la baja.

Polestar necesita otros 1.300 millones de dólares en financiación antes de alcanzar el punto de equilibrio en 2025. Sus acciones han caído un 87 por ciento desde que debutaron en junio de 2022, lo que limita su capacidad para recaudar capital fresco.

Geely, uno de los mayores fabricantes de automóviles de China, vendió casi 2,8 millones de vehículos en 2023, aproximadamente cuatro veces el número de vehículos que Volvo.

El presidente de Geely, Li Shufu, tiene como objetivo expandir las exportaciones de China y obtener economías de escala en marcas como Volvo, Smart y Lotus. Con el control total de Polestar, Geely podría agilizar la inversión y el intercambio de tecnología, dijeron los analistas.

Eso no requerirá una reducción de la participación de Geely Holding en Volvo Cars.

Otras startups de vehículos eléctricos, como Rivian, Fisker, Arrival, Xpeng y Lucid, han tenido problemas financieros. Fisker, por ejemplo, renegoció el mes pasado los términos de un acuerdo de deuda para permitirle contratar a un socio estratégico.

A medida que la industria de los vehículos eléctricos se ha vuelto darwiniana, los inversores están recompensando a las empresas que reducen el gasto.

Como contraparte las acciones de General Motors han subido casi un 50 por ciento desde noviembre, ya que la presidenta ejecutiva, Mary Barra, ha desacelerado el gasto en vehículos eléctricos y autónomos y ha lanzado una recompra de acciones por 10.000 millones de dólares.

Héctor Daniel Oudkerk

No hay comentarios:

Publicar un comentario