La marca ya ofrece al público general la oportunidad de probarlo en el asiento del copiloto en Francia e Italia.
La conducción autónoma siempre ha sido uno de los grandes sueños de Elon Musk para Tesla. La marca californiana fue una de las primeras en ofrecer este tipo de sistema y en desarrollarlo con gran rapidez, volviéndose cada vez más eficiente con varios niveles. A pesar de algunos fallos y accidentes, el nivel más alto, FSD (Conducción Autónoma Total), ya está disponible en algunos mercados internacionales donde se permite la conducción autónoma: Norteamérica, China, Australia, México, etc. Europa aún no ha autorizado el sistema, pero Tesla espera obtener la aprobación en 2026. Mientras tanto, el fabricante ofrece la oportunidad de probar el sistema en las calles francesas.Recordemos que Tesla ofrece dos sistemas: Piloto automático y conducción autónoma completa.
Dicho esto, es importante comprender las amplias diferencias entre los dos sistemas que ofrece Tesla.
Empecemos con el Piloto Automático: técnicamente, se trata de un sistema avanzado de asistencia al conductor, ya que integra una serie de funciones ya generalizadas en los coches de nueva generación (y recientemente obligatorias por la UE), como el control de crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento de carril y el frenado automático. En esencia, el Piloto Automático no dota al coche de autonomía; requiere que el conductor mantenga siempre las manos en el volante, listo para intervenir. La supervisión constante del conductor es un requisito previo para los sistemas de Nivel 2 de la clasificación SAE.
La conducción autónoma total supone una evolución significativa del Piloto Automático: el ordenador de a bordo es capaz de navegar por calles urbanas, autopistas, calles residenciales, intersecciones y rotondas, y puede gestionar maniobras como cambios de carril, dirección, aceleración, frenado y giros. Además, gracias a un conjunto de sensores y cámaras, el FSD responde a las señales de tráfico y reacciona ante obstáculos como peatones o bicicletas. El detalle más impactante, tanto visual como psicológicamente, es que el conductor puede soltar el volante, garantizando al mismo tiempo una supervisión constante y la capacidad de recuperar el control en caso de problema.
En la práctica, el Autopilot es un sistema básico L2, mientras que el FSD es un sistema L2+. Las diferencias son quizás mínimas, pero sustanciales, lo que explica por qué aún no está operativo en Europa.
La presión se ha materializado en un diálogo constante con las instituciones: se han presentado demostraciones a casi todas las autoridades reguladoras nacionales; se han publicado informes de seguridad; y se han realizado pruebas internas en 17 países. En este sentido, se han publicado vídeos de pruebas realizadas en ciudades con problemas de tráfico o planificación urbana como Ámsterdam, París, Roma y Londres. En total, se recorrieron más de un millón de kilómetros en Europa. Además, Tesla ha iniciado una colaboración con la autoridad de homologación de tipo neerlandesa (RDW) para obtener la homologación. La colaboración se centró en el cumplimiento de la normativa vigente y en demostrar la necesidad de exenciones a las leyes que Tesla califica sin rodeos de "obsoletas".
La RDW se ha comprometido a otorgar su autorización para febrero del próximo año, pero Tesla ya ha comenzado a trabajar para conseguir la aceptación del consumidor organizando pruebas de conducción "especiales" en algunas de sus tiendas. En Italia y en Francia, a partir del 1 de diciembre, se podrá probar la experiencia FSD en varias ciudades. La fase de lanzamiento del software comenzará el próximo año.
La compañía y el propio Musk llevan mucho tiempo promoviendo la conducción autónoma completa como una solución capaz de mejorar la seguridad vial ("Cuando se activa y se utiliza con supervisión activa del conductor, se ha demostrado que la conducción autónoma completa supervisada reduce el riesgo de accidentes hasta siete veces").
Héctor Daniel Oudkerk



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