El Grupo BMW se prepara para el futuro diversificando de sus sistemas de propulsión, pero ¿no es peligroso abarcar demasiado?
Ante esta ecuación, las estrategias divergen. Hyundai ha optado por invertir fuertemente en su gama Nexo y su división de camiones pesados, apostando por el hidrógeno como pilar de la movilidad de larga distancia y de servicio pesado. Toyota, por su parte, continúa desarrollando el Mirai y se mantiene como socio clave de BMW, considerando las pilas de combustible como una alternativa esencial a la energía totalmente eléctrica. Mercedes, por su parte, se ha distanciado del hidrógeno para vehículos de pasajeros, centrando sus esfuerzos en vehículos eléctricos de batería y reservando el hidrógeno para ciertos proyectos de servicio pesado.
Para Europa, el anuncio también tiene implicaciones industriales: consolida empleos y experiencia en el continente, mientras que China y Corea aceleran sus propios programas. Pero la pregunta central sigue siendo: ¿debemos seguir apoyando dos sectores costosos (las baterías y el hidrógeno) o centrar los esfuerzos en la electrificación, que es más avanzada y está mejor respaldada por la infraestructura?
Héctor Daniel Oudkerk




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