Las famosas normas CAFE, exigen a los fabricantes no superar los 81 g de emisiones de CO2 en toda su gama bajo pena de fuertes multas. Recordemos que los vehículos utilitarios están separados de los turismos pero para ambos rige la norma de la UE. Para el número dos de Stellantis esto es una pesadilla porque la electrificación de las furgonetas es resistida por los compradores y solo se llegó a un 10%. Es un mercado que todavía está mayoritariamente dominado por los Diésel e incluso los híbridos luchan por ser aceptados. Para evitar las multas, según Jean-Philippe Imparato, la proporción de furgonetas eléctricas tendría que alcanzar por lo menos el 24% para 2027, lo que, para él, es una misión imposible. El resultado: "Estamos a solo unos meses del desastre".

"Estamos a unos meses de una tragedia": las furgonetas eléctricas no se venden y Stellantis amenaza con cerrar fábricas
Sin embargo, tanto en Bruselas existe el rumor de que se escalonarán las sanciones a lo largo de tres años o que estas podrían simplemente cancelarse... El director de Stellantis Europa, por su parte, quiere verlo para creerlo, y necesita pruebas de esta cancelación. Mientras tanto, Jean-Philippe Imparato anticipa las multas que podrían imponerse y las ha calculado. Ascenderían a unos 2.800 millones de euros a lo largo de tres años.
De ser así esto podría resultar en una reducción de la producción de los vehículos comerciales, con sus consecuencias sociales, debiendo cerrar una o más de las cinco unidades de producción de vehículos utilitarios del grupo en Europa, incluida la de Hordain, que actualmente opera a plena capacidad.
Héctor Daniel Oudkerk




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