Más de un mes después del anuncio del fin del programa de motores Renault para 2026, que dejará a la fábrica de Viry huérfana de la Fórmula 1, Alpine ha formalizado su nuevo fabricante de motores para 2026 y años posteriores. Como era de esperar, los monoplazas azules estarán equipados con propulsores Mercedes (pero también con cajas de cambios) para el periodo 2026-2030, completando así la flota de equipos clientes de Mercedes que son McLaren y Williams. Coincidentemente, Alpine sustituirá a Aston Martin, que iniciará su relación deportiva con Honda en la misma fecha.
Motor reconocido por sus prestaciones y fiabilidad desde el inicio de la era híbrida en 2014, el PU (Power Unit) diseñado y fabricado en Brixworth (Inglaterra) debería ayudar a Alpine a alcanzar un interesante nivel de competitividad. Sin embargo, el argumento principal para la decisión de pasar a una relación cliente-proveedor, que los empleados de Viry-Châtillon, que desde 1977 desarrollaban motores de F1 para los monoplazas franceses, es diferente.
El grupo Renault ha optado por el pragmatismo, ya que los costos de desarrollo y producción del motor de Fórmula 1, estimados en unos 190 millones de euros al año, ya no tenían ninguna relevancia financiera para un fabricante cuando el precio del alquiler está regulado por La FIA fija 17 millones de euros por temporada por dos coches. En un momento en el que la industria del automóvil atraviesa una tormenta sin precedentes, conviene evitar cualquier despilfarro económico. Audi lo sabe muy bien y tal vez debe estar pensando que hacer…
Héctor Daniel Oudkerk
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