viernes, 20 de septiembre de 2024

Porsche patenta un motor de combustión de 6 tiempos. Una solución ingeniosa pero un tanto compleja...

Cuando hablamos de motores de combustión interna lo hacemos de un ciclo de cuatro tiempos o de dos. Porsche ha querido ir un paso más allá al acordarse de una idea que no es novedosa, sino que se remonta a finales del siglo XIX, cuando Samuel Griffin decidió patentar un motor con nada menos que seis tiempos.

La firma alemana demuestra que quiere seguir apostando por los motores de combustión interna no solo con sus esfuerzos por producir combustibles sintéticos o con la hibridación de modelos icónicos como el 911, sino también con patentes como la que acaba de registrar en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, tal y como informan desde AutoGuide. Así pues, a las tradicionales etapas de admisión, compresión, explosión/expansión y escape, se les añadirían dos adicionales para obtener beneficios muy interesantes.

Los ingenieros de Porsche han pensado en incorporar una etapa adicional de compresión y expansión como parte de un ciclo que implicaría una vuelta más del cigüeñal, es decir, hablaríamos de tres vueltas completas. Los documentos presentados describen específicamente esto como "seis etapas individuales que pueden dividirse en dos secuencias de tres etapas". Los tiempos añadidos se producirían entre las etapas de expansión y escape tradicionales, de manera que la primera secuencia sería admisión-compresión-expansión, seguida de compresión-expansión-escapePara lograrlo, la patente de Porsche muestra un pistón conectado a través de una biela a una rueda planetaria que está comunicada al cigüeñal y gira sobre una suerte de anillo. La presencia de este mecanismo permitiría que se generasen dos nuevos puntos muertos superior (PMS) e inferior (PMI), de manera que a lo largo del ciclo se tendrían dos PMS y dos PMI diferentes. Es decir, el pistón no llegaría tan abajo ni tan arriba dentro del cilindro durante unos tiempos determinados, tal y como se puede apreciar en la siguiente imagen.

Después de toda esa complejidad se obtendría más potencia y una mayor eficiencia. Al fin de cuentas, en un ciclo estándar de cuatro tiempos solo una de las cuatro etapas transforma la energía química de la mezcla en energía mecánica. Con el ciclo de Porsche serían dos de seis las etapas encargadas de hacer lo propio, además de que la mezcla se quemaría mejor debido al tiempo adicional. Por supuesto, la desventaja es la complejidad añadida. Queda por ver si las ganancias son suficientes para justificar el diseño…


Héctor Daniel Oudkerk


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