La razón es que durante la reunión del Consejo Mundial de la FIA ninguno de los fabricantes presentes en la disciplina quería las propuestas hechas en febrero por el grupo de trabajo creado apresuradamente para salvar el WRC.
Las marcas inscritas en Rally1 querían estabilidad y las que producen coches para Rally2 no tenían intención de seguir el camino de Rally2+ propuesto que unificaría las dos clases para mejorar el pobre espectáculo actual. Para evitar crear aún más conflictos y tal vez incluso arriesgarse a la salida de uno de los fabricantes, estas ideas fueron archivadas y se seguirá como ahora penado con el Rally1 con autos híbridos sumamente costosos que desestimulan el ingreso de nuevas marcas (hoy solo compiten Toyota y Hyundai oficialmente y Ford extraoficialmente) y excluyen absolutamente la presencia de particulares.
Después de varios meses de palabrería en los que se enfrentaron dos posiciones, queda la impresión de que ha habido mucho ruido para nada. Las propuestas formuladas por el grupo de trabajo no se hicieron en consulta con los equipos y tenían muy pocas posibilidades de ser aplicadas. Después de perder otros 6 meses, este statu quo no resuelve nada. El WRC debería ponerse manos a la obra muy rápidamente para proponer regulaciones que sean capaces de atraer a nuevos fabricantes y al mismo tiempo tener cuidado de no perder ninguno si no quiere morir. La FIA les ha insistido: "El Consejo Mundial espera que los fabricantes actuales se comprometan con mucha antelación con el futuro a largo plazo del deporte. Estas regulaciones se presentarán al Consejo Mundial para su aprobación en su reunión de diciembre, lo que dará a los fabricantes más de dos años para adaptarse".
Antes de pensar en un nuevo reglamento, aún quedan dos temporadas por disputar. Durante estos eventos, la FIA tiene la intención de fortalecer su participación con el promotor del WRC, tal y como se indicó durante el Consejo Mundial.
Héctor Daniel Oudkerk (https://diarioautomotor.com.ar/)
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