Como resultado, los compradores habían desaparecido y se fueron refugiado en la competencia. Por ejemplo Toyota continuó vendiendo el ProAce City Verso técnicamente casi idéntico con un motor de gasolina.
Lo mismo ocurre con Opel y Peugeot, donde el Combo y el Rifter, respectivamente, vuelven a estar disponibles con motores de combustión. El objetivo es limitar los volúmenes de producción para no aumentar demasiado las emisiones medias de CO2 en la UE y evitar multas de las autoridades europeas.
En concreto, se trataría del 1.2 Puretech 110 y el 1.5 BlueHDi 100/130 del Citroën Berlingo y el Peugeot Rifter. O el 1.2 Turbo y el 1.5 Turbo D si compras un Combi de Opel. Por supuesto, las variantes eléctricas siguen estando en el catálogo por si alguno las quiere.
Héctor Daniel Oudkerk (https://diarioautomotor.com.ar/)
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