Volkswagen ha facilitado una serie de detalles del proyecto Scout, pero no ha hablado sobre el importe de la inversión. Los alemanes tendrían que comprometer recursos de hasta 1.000 millones de dólares, de los cuales 100 millones se destinaron inicialmente a crear una empresa independiente, con su propia estructura directiva y productiva. Sobre la mesa, también estaría la posibilidad de abrir el capital de la nueva empresa a inversores, mediante la venta de acciones o la cotización en bolsa. En este frente tampoco han llegado confirmaciones, ni sobre el objetivo de 250.000 ventas anuales a partir de 2026.
El programa contrarreloj prevé la constitución de la empresa para este año y la presentación de los prototipos en 2023, para lo que el el grupo VW ya ha publicado los primeros bocetos. La producción comenzará en 2026 en una planta de producción específica y sobre la base de una plataforma especialmente desarrollada para camionetas y RUV.
Volkswagen adquirió discretamente la marca Scout en 2020, cuando Traton compró Navistar International Corporation, nacida de las cenizas de International Harvester. Este último había presentado la camioneta Scout en 1960, la primera alternativa real al Jeep CJ y precursora de la filosofía que luego dio vida al Ford Bronco en 1965.
La elección de la propulsión eléctrica es hija de la tendencia actual del segmento: Ford, GMC Hummer, Rivian y Tesla ya tomaron ese camino y el Grupo Stellantis está listo para crear un modelo eléctrico de Ram. Por ahora no hay información disponible sobre los datos técnicos de la camioneta Scout y por lo tanto no sabemos si habrá sinergias con los otros proyectos cero emisiones del Grupo Volkswagen.
Héctor Daniel Oudkerk
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