Es en este contexto en el que hay que leer una iniciativa de Intel: la multinacional, según reveló a Reuters su CEO, Pat Gelsinger, pretende poner parte de su capacidad de producción a disposición de otras empresas para solucionar la actual escasez de suministros ya en el corto término. La empresa californiana, una de las últimas del sector en diseñar y producir sus chips, ya se encuentra en negociaciones con empresas especializadas en el diseño de semiconductores de automoción para poder iniciar la producción, dentro de seis o como máximo nueve meses. De cara al futuro, ante el aumento de la demanda por parte de los fabricantes de automóviles y el creciente uso de microprocesadores ligados a la electrificación y la digitalización, aún serán necesarias nuevas plantas e Intel pretende construirlas entre Estados Unidos y Europa, con el claro objetivo de contrarrestar el dominio asiático actual. |
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