miércoles, 19 de septiembre de 2018

Audi e-tron incorpora los espejos a los retrovisores virtuales con cámara y pantallas LED.

El Audi e-tron pasará a la historia por ser el primer coche eléctrico de producción en serie de Audi  pero también por ser el primer vehículo comercializado innovando en elementos que hasta ahora eran intocables, como el sistema de frenado o los espejos retrovisores. .
El funcionamiento de los espejos virtuales es conceptualmente sencillo. Una cámara, un monitor, una centralita que conecte los dispositivos de entrada con los de salida a una interfaz para permitir procesar la señal, y poca cosa más.
Luego, si añadimos funcionalidades como las de mover el campo de visión hacia las zonas que más nos interesan en cada momento de la circulación, la cuestión se complica, pero en el fondo no es nada que no hayamos visto hacer. La verdadera novedad está en incorporar esta tecnología al mundo de la automoción.   
Según detalla Audi, "las pantallas de 7 pulgadas, cuyo brillo se ajusta automáticamente, están equipadas con sensores de proximidad. Si el conductor mueve el dedo sobre la superficie, los símbolos se activan y le permiten mover la imagen. Una función de cambio permite al conductor ajustar, también, el retrovisor virtual del lado del pasajero".
Y como siempre que estamos ante un avance, debemos preguntarnos algo muy sencillo: ¿qué aportan los espejos virtuales?  
En primer lugar, aportan mejoras aerodinámicas. La superficie del soporte de las cámaras es mucho más amigable con el viento que las carcasas de unos retrovisores tradicionales. No en vano la diferencia entre montar espejos tradicionales o espejos virtuales motiva que el mismo Audi e-tron ofrezca un coeficiente aerodinámico de 0,28 o 0,27, respectivamente.
También aportan disminución de masa suspendida fuera de la estructura principal del vehículo. No pesa lo mismo una carcasa grande que una pequeña, ni un gran espejo montado con un soporte motorizado que una pequeña cámara cableada.
Sin embargo, la seguridad es el valor principal por el que los fabricantes venden sus espejos virtuales. De hecho, los espejos retrovisores tradicionales son un elemento de seguridad activa del vehículo, de manera que es comprensible que sea esta área la que más sirva para promocionar estos nuevos dispositivos.
En cada soporte hexagonal se ubica una pequeña cámara, cuyas imágenes se procesan digitalmente y se muestran en unas pantallas OLED de alto contraste de 1.200 x 800 píxeles que se ubican en la zona de transición entre el tablero y las puertas, quedando perfectamente integradas en el área del conductor.
Las pantallas muestran una imagen significativamente mejor que la de un espejo retrovisor convencional en muchas situaciones, como por ejemplo, cuando incide directamente la luz del sol. El sistema virtual se ajusta automáticamente a tres tipos de situaciones de conducción: desplazamientos en autopista, giros y maniobras de aparcamiento. Reducción del ángulo muerto a altas velocidades, ampliación del campo visual inferior en estacionamientos, avisos procedentes del asistente de cambio de carril y de la advertencia de salida de la carretera.
Pensar que siendo niño aprendí a manejar en un 2CV que solo tenía un pequeño espejo interno y nada en las puertas...el espejo externo era un accesorio que mi padre le hizo colocar...  

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