Mientras Donald Trump sigue amenazando con una guerra comercial con China , aplicando su plan de America First, las ideas de Tesla no parecen que vayan por el mismo camino. Y todo apunta a que en los próximos días podría confirmarse que para escalar la capacidad de producción de la marca Tesla levantará una fábrica en China con capacidad para producir 500.000 coches al año, en el corazón del primer mercado del mundo para los coches eléctricos. A finales de año también debería anunciarse el siguiente paso, el de abrir una fábrica más fuera de los Estados Unidos, en este caso en Europa.
Tesla deslocaliza su producción siguiendo la hoja de ruta de una marca que pretende ampliar mucho más su gama de producto, llegar con garantías a nuevos mercados, y multiplicar su capacidad de producción y sus ventas en todo el mundo.
Según Bloomberg, el anuncio oficial estaría pendiente de cerrar las negociaciones con las autoridades chinas, en la que podría ser una de las inversiones más importantes, quizás la que más, que haya hecho un fabricante extranjero en el Gigante Asiático.
La noticia llega en un momento especialmente tenso para las relaciones entre China y los Estados Unidos, y también en un momento especial para Tesla ya que hace unas semanas se vió obligada a despedir personal para ajustar sus cuentas y disminuir el déficit.
La imposición de aranceles, y el incremento de las tarifas del 25% que se aplicaba a la importaciones de coches procedentes de Estados Unidos en China hasta hace poco, y el 40% al que se ha llegado en el transcurso de esta guerra comercial, han obligado a Tesla a hacer movimientos. Y su movimiento ha sido el más obvio, aumentar el precio de sus coches en China y hacer que las consecuencias de estas decisiones tengan que soportarlas los clientes.
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