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miércoles, 24 de septiembre de 2025

Bentley Flying Spur Ombré: La limusina que cambia de color....

En su constante búsqueda de nuevas formas de justificar la existencia de un departamento llamado "Mulliner", Bentley ha encontrado un terreno de juego inesperado: la pintura en degradado. No se trata del tuning en aerosol, sino de una versión aristocrática, aplicada a mano, que requiere casi 60 horas de trabajo. La marca la llama Ombré.

Esta versión está dirigida a una clientela que ya lo tiene todo. Cuando se posee una colección de yates, relojes y villas, la única manera de destacar es conduciendo un coche cuya pintura lleva más tiempo que un episodio entero de un reality show británico.

El principio parece simple: pintar un coche de dos colores diferentes y difuminarlos en el medio. Pero cuando se trata de Bentley, la simplicidad nunca es la clave. El Flying Spur Ombré pasa así del Azul Topacio delantero al Azul Windsor trasero. Entre ambos, se produce una transición gradual, diseñada para mantener una simetría perfecta en los laterales y el techo.
 
Lo curioso es que no basta con apretar el gatillo de la pistola de pintura con más o menos fuerza. Cada color reacciona de forma diferente, y algunos tienden a tonos inesperados. Para evitar la aparición de un tercer color en el centro (un verde antiestético si se mezcla amarillo y azul, por ejemplo), Bentley limita deliberadamente las combinaciones. Por ahora, solo se ofrecen tres degradados oficiales: Azul Topacio/Azul Windsor, Oro Sunburst/Llama Naranja y Tungsteno/Ónix.

El proceso requiere dos pintores especializados que trabajan juntos en lo que Bentley llama su "Fábrica de Sueños" en Crewe. Sus herramientas: pistolas de pulverización, pigmentos mezclados a la antigua usanza y, sobre todo, nervios de acero. Porque la más mínima irregularidad significa que hay que empezar de cero. Es difícil imaginar a un trabajador diciendo "lo dejamos así" en un taller donde cada coche cuesta más que un apartamento en Londres.

En total, se necesitan 60 horas para pintar completamente el Flying Spur. Eso supone casi una semana y media de trabajo a tiempo completo. Esta hazaña confiere a cada modelo un carácter ligeramente único, respetando la regla no escrita: a simple vista, todo debe parecer perfectamente homogéneo.

La primera aparición pública del Flying Spur Ombré tendrá lugar en el Salón Náutico Internacional de Southampton. Un lugar lógico: los aficionados a los yates son precisamente aquellos que podrían sentirse atraídos por un sedán que combine con su casco. Cabe recordar que la primera aplicación de la técnica Ombré tuvo lugar a principios de año, en un Continental GT presentado en Monterey, durante el exclusivo evento "The Quail, A Motorsports Gathering".

Bentley ya planea lanzar nuevas combinaciones de colores en los próximos meses. Suficientes para impulsar un mercado donde la personalización se ha convertido en el arma definitiva para halagar el ego de los coleccionistas.

Héctor Daniel Oudkerk

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