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lunes, 21 de abril de 2025

Renault Emblem / Un auténtico laboratorio rodante con el objetivo de reducir la huella de carbono “de la cuna a la tumba”. Todo está muy estudiado...lo que no se aclaró es que se va a hacer con la batería cuando llegue el fin de vida.

Considerado ahora como un demostrador de tecnología, el Renault Emblem muestra cómo la marca francesa trabaja con una veintena de socios para reducir su huella de carbono, con algunas innovaciones que podrían llegar a la producción en serie.

Comprometida con un proceso de reducción de su huella de carbono desde hace muchos años, Renault espera alcanzar la neutralidad en 2040 en Europa y en 2050 a nivel mundial. Para ello, la marca está trabajando con numerosos socios, como presentó esta semana antes de la cumbre Change Now

Este evento hiper ecologista dedicado a la lucha contra el cambio climático es una oportunidad para que Renault vuelva a hablar del Emblem. Presentado inicialmente en forma de modelo experimental (en su momento eclipsado por los Renault 4 y Renault 5 en el stand…), el concepto evolucionó hacia un “demo-car” más completo para demostrar todas las innovaciones implementadas para reducir las emisiones de CO2 a lo largo de su ciclo de vida, “de la cuna a la tumba”.

Para el cálculo, Renault ha tenido en cuenta una referencia conocida: un Captur gasolina 2019, que libera el equivalente a 50 toneladas de CO2 en todo su ciclo (diseño, producción, uso y fin de vida), fijado en 15 años y 200.000 km. El objetivo de Renault es reducir esta huella en un 90%, a solo 5 toneladas de CO2, gracias a numerosas adaptaciones que reducen las emisiones de dióxido de carbono.

No ha quedado ningún componente de Renault Emblème que no haya sido revisado para reducir su impacto ambiental, hasta las ruedas. Michelin ha desarrollado unos neumáticos que reducen todavía más la resistencia a la rodadura, un elemento clave si tenemos en cuenta que un 20% de la energía de cualquier coche la absorben los neumáticos. Sus espectaculares llantas, de 22 pulgadas, también reducen su peso en un kilogramo, utilizan un 70% de aluminio reciclado y un 55% de plástico reciclado para los elementos aerodinámicos que la recubren.

Todas las soluciones aportadas por cada uno de los proveedores de Renault es lo que hacen especial a Emblème, su capacidad para reducir increíblemente su huella de carbono al final de una vida útil que Renault estima en unos 200.000 km. Una vez alcanzado ese kilometraje, este prototipo puede dejar tan sólo 5 toneladas de CO2 frente a las 24 que deja actualmente, por ejemplo, el Megane E-Tech. Una cifra que se considera casi nula porque todavía se podría reducir aún más y compensar con otros procesos. Todavía no existe la tecnología para hacer realidad muchas de estas soluciones a gran escala, pero ese es el siguiente paso en el que Renault y la industria del automóvil están trabajando. Tal vez lo que quede en el tintero es que hacer con la gran batería que lleva bajo el piso...

Héctor Daniel Oudkerk

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