domingo, 17 de noviembre de 2024

El valor de reventa de los vehículos eléctricos (EV) sigue cayendo y las empresas de leasing venden actualmente coches eléctricos al final del contrato con pérdidas. ¿Qué tan problemática es la situación?

Desde el verano de 2022, los precios de venta de los autos eléctricos usados ​​han caído en espiral descendente y la tendencia negativa no parece haber llegado todavía a su punto más bajo. Según análisis de Indicata, empresa de datos especializada en el mercado de segunda mano europea, el valor residual de los vehículos eléctricos ha caído hoy un 28,8% respecto a enero de 2023. “El número de días que un coche eléctrico permanece en la playa del concesionario antes de su venta también es mucho mayor que el de los de gasolina y diésel”, declara Filip Dobbeleir, director senior de Indicata.

Un escenario alarmante, que crea un mal ambiente en el mercado de segunda mano. "Los concesionarios no están dispuestos a comprar autos eléctricos porque es arriesgado y no tienen clientes para ello", añade Dobbeleir.

¿Pero de dónde viene esta espiral de precios a la baja?La fijación de precios en economía se basa principalmente en el principio de oferta y demanda”. “Según el informe Market Watch tomando Bélgica como ejemplo la oferta relativa aumentó del 3,79% al 4,76%. Por tanto, existe un exceso de oferta creciente, asociado a una demanda menor en el mercado de segunda mano. La brecha entre ambos se está ampliando actualmente, lo que está haciendo bajar los precios de los vehículos eléctricos”.

El consumidor puede beneficiarse de esto, pero los vendedores, especialmente las empresas de leasing, no lo ven con buenos ojos. Estamos hablando de miles de euros perdidos por coche eléctrico. ¿Las empresas han sobrestimado el valor residual? "Con los coches de gasolina y diésel, el sector del leasing tiene décadas de experiencia, mientras que el coche eléctrico es nuevo".

Hace unos siete años, llegaron los primeros ejemplares del Tesla Model S al mercado de segunda mano y todo el mundo quedó gratamente sorprendido por los elevados precios de venta. Como resultado, algunos arrendadores habían ajustado positivamente sus valores residuales. Sin embargo, estos primeros eventos de Tesla dieron una impresión equivocada. El Model S fue un fenómeno de moda y la oferta de vehículos usados ​​era todavía muy limitada. Hoy la situación es completamente diferente. Hay miles de vehículos eléctricos en el mercado de segunda mano, que es principalmente un mercado pequeño. "La demanda no es tan grande como estimábamos hace cuatro o cinco años".

Las empresas de leasing evalúan todos los riesgos, desde los costos de mantenimiento y reparación hasta el desgaste de los neumáticos y la depreciación del coche. Para los vehículos eléctricos, este aspecto no es positivo por el momento, pero estas empresas de alquiler, por supuesto, ofrecen además de vehículos eléctricos otros con motor térmico. Y en el caso de los autos que funcionan con gasolina o diésel el valor residual no es problemático, sino todo lo contrario.

La bonificación que se da en Europa por la compra de vehículos eléctricos nuevos ha tenido poco o ningún impacto en la demanda de vehículos eléctricos usados. 

El hecho de que las empresas de leasing estén perdiendo tanto dinero con los coches eléctricos hoy en día hace sonar la alarma entre los accionistas ya que una empresa de leasing, si no puede reducir los valores residuales tendría que subir el precio del alquiler pero eso sería tan grande que las alejaría de la competencia.

Cabría preguntarse si los propios fabricantes no tienen un papel que desempeñar en la optimización del valor residual de sus coches eléctricos. Después de todo, tienen un gran interés en que las empresas de leasing sigan comprando vehículos eléctricos. 

Los fabricantes seguramente tienen un papel que desempeñar en toda esta cuestión del valor residual de los vehículos eléctricos. Los compradores de un vehículo eléctrico usado quieren especialmente estar seguros sobre la salud de la batería, que generalmente está cubierta por una garantía del fabricante de ocho años.  Por tanto debería certificarse el estado de salud de la batería en el anuncio del coche. De este modo, el estigma de los vehículos eléctricos usados ​​de riesgo podría desaparecer, aunque el consumidor no se dejará convencer fácilmente...

Héctor Daniel Oudkerk

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