McMurtry Spéirling |
Tan pequeño como un F1 de los 60, aunque con una cúpula. Casi tan livianos como aquellos ya que con baterías incluidas sólo pesa un poco menos de 1000 kilos. Y su potencia es de 1.000 caballos eléctricos, instantáneos, gracias a dos motores, uno para cada rueda trasera.
Pero el secreto del coche es recurrir a un ‘ventilador’, al estilo del Chaparral, del Brabham BT46 o del Murray T50. Es capaz de proporcionar una carga aerodinámica de dos toneladas. Gracias a ello, es capaz de acelerar de 0 a 100 en apenas segundo y medio, realizar los 100 metros salida de parada, pese a los baches de la ‘hillclimb’, en 3,1 segundos y rozar los 250 kilómetros/hora de punta.
Con un tiempo de 39»08 para la corta ascensión de apenas 1.800 metros, pulverizó el récord oficial de Nick Heidfeld (McLaren MP4/13 F1), que data de 1999 y estaba establecido en 41»8.
También batió el récord oficioso que ostentaba Romain Dumas con el famoso Volkswagen ID.R, el espectacular prototipo eléctrico que tiene el récord del Pikes Peak.
Pocos detalles se conocen del auto. La batería de 60 kWh está constituida por células de Molicel, un especialista canadiense, y la corriente es de 800 voltios. La carrocería y chasis son de fibra de carbono y las suspensiones son activas, mientras que los frenos son discos de carbono con pinzas de seis pistones. Los neumáticos delanteros son 210/649-19 y los traseros 240/640-19.
Y hace ruido, bastante ruido. Sus ventiladores producen 100 decibelios, así que se hace oír cuando llega.
El McMurtry Spéirling –que éste es el nombre del modelo– no puede pasar desapercibido. Vuela bajo, pegado al asfalto, y muy rápido.
McMurtry Spéirling |
McMurtry Spéirling |
McMurtry Spéirling |
McMurtry Spéirling |
McMurtry Spéirling |
Héctor Daniel Oudkerk
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