Existe una versión sin techo –Aston Martin Valkyrie Spider– y una deportiva tan sólo apta para circuitos –Aston Martin Valkyrie AMR Pro–.
El Aston Martin Valkyrie se caracteriza por su perfecta aerodinámica que incluya elementos de aerodinámica activa, un habitáculo en gota de agua con una enorme caída estilo coupé que termina en su alerón activo, su enorme difusor y una salida doble de escape elevada situado sobre la carrocería para genera un enorme ‘downforce’.
El habitáculo es más propio de un coche de competición con tecnología inspirada en las carreras. Presenta un volante que tiene más que ver con un F1 o con un prototipo de Le Mans que con las formas clásicas de un coche de calle, por muy deportivo que sea. Destaca la pantalla que hay en el propio volante y las dos que le acompañan en el tablero, encargadas de ofrecer toda la información necesaria al conductor.
Los asientos, que se moldearán en 3D según el propietario, son claramente de competición.
El motor es un V12 de 6.5 litros desarrollado por Cosworth que entrega 1.013 caballos de potencia y un par máximo de 740 Newton metro. Se trata de un propulsor capaz de girar a 11.100 revoluciones por minuto.
La parte eléctrica, made by Rimac, aporta un extra de 162 caballos y 280 Newton metro de par. En el momento de máximo rendimiento, el conjunto asegura 1.155 caballos y un par máximo de 900 Newton metro, lo que sitúa la relación peso/potencia por debajo del 1:1, pues el Aston Martin Valkyrie se queda en 1.030 kilos. La transmisión es ultraligera secuencial de un solo embrague con siete velocidades.
El Aston Martin Valkyrie cuesta 3,2 millones de dólares, el equivalente a 2,89 millones de euros. Su producción está limitada a 150 unidades, todas ellas ya vendidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario