viernes, 9 de octubre de 2020

El muy nuevo Volkswagen ID.4 aunque cueste en origen 50.000 euros viene equipado con frenos de tambor en el tren trasero y esto sorprende en un auto que se supone de última generación y de alta gama (The very new Volkswagen ID.4, although it originally costs 50,000 euros, comes equipped with drum brakes in the rear axle and this is surprising in a car that is supposed to be of the latest generation and high range). La explicación de VW casi me convence.

El Volkswagen ID.4 se presentó de forma oficial hace tan solo unos días como el primer SUV eléctrico de la marca con 204 CV, nueva plataforma MEB, súper estilo siglo XXI, con hasta 520 km de autonomía pero.. frenos de tambor en las ruedas traseras. Teniendo en cuenta que partirá (la versión de entrada) en Alemania de 49.950 euros como prmoción de lanzamiento, la implantación de este sistema de frenos arcaico llamó la atención aunque la gente de VW se defendió diciendo que en este auto tiene sentido (en parte).
Como todos sabemos los frenos de campana o tambor son más antiguos y se llevan utilizando desde comienzos del Siglo pasado y si bien su costo es menor también lo es su eficiencia sobre todo ante el uso repetido por la tendencia al fading.
¿Por qué criticamos los frenos de tambor en el Volkswagen ID.4?
La polémica entorno a los frenos de tambor que monta el Volkswagen ID.4 estaría basada, sobre todo, en dos aspectos: uno, que es un elemento poco acorde con un auto que partirá de 50.000 euros; y dos, las posibles dudas sobre su comportamiento respecto a los discos de freno. (sin dudas el rendimiento de los de tambor es menor).
Respecto al primer punto todos sabemos que los frenos de tambor son más baratos que los de disco y de ahí que se equipen en modelos más económicos, y por eso los vemos en Dacia, el Ford Fiesta en su versión de acceso, etc etc.
En cuanto al segundo aspecto, el de la eficiencia, responde a que los frenos de tambor adolecen de una buena ventilación al estar prácticamente cerrados y esa falta de refrigeración provoca que la temperatura se mantenga más alta y, si se les somete a un elevado nivel de exigencia, tienden a sobrecalentarse y provocar perdida de capacidad de frenado o fading.
Las explicaciones de Volkswagen casi me convencen...
A los motivos ya expuestos un portavoz de Volkswagen explicó al medio The Drive que la marca usó frenos de tambor en el eje trasero para disminuir la resistencia a la rodadura, ya que las pastillas de freno de disco tienden a arrastrar ligeramente los rotores cuando el coche se desplaza.
Es decir, puede entenderse como un intento de Volkswagen de tratar de optimizar hasta el último kilómetro autonomía a fin de aproximarse lo máximo posible en la realidad a los 520 km de rango que homologa el SUV.
Además, la frenada regenerativa de los eléctricos también ayuda a justificar el por qué de los frenos de tambor en el ID.4.
"Un auto eléctrico frena con menos frecuencia porque el vehículo desacelera automáticamente tan pronto como el conductor quita el pie del pedal. Luego, un freno de disco vitrifica. Eso significa que no está 100% listo cuando se utiliza después de un período prolongado de inactividad. El freno de tambor es mejor en eso", asegura la marca.
Sea como fuere, el Volkswagen ID.4 no es el primer coche eléctrico con estos frenos de campana. Sin ir más lejos, su hermano Volkswagen ID.3 también los monta en su eje trasero, al igual que los Nissan Leaf, Volkswagen e-Up!, Skoda Citigoe iV y SEAT Mii Electric, por citar algunos ejemplos.
Por tanto, la decisión de Volkswagen de montar frenos de tambor en el flamante ID.4 puede ser objeto de debate o incluso de decepción para quien piense que desmerece un auto por el que se pagarán alrededor de 50.000 euros; sin embargo, hay argumentos suficientes para defender con sentido su implantación: arañar hasta el último kilómetro de autonomía o reducir al máximo su costo de fabricación y, por ende, su precio de venta...aunque 50.000 euros en la puerta de la fábrica no es poca cosa.
fuentes https://www.motorpasion.com, thedrivemagazine.com,

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