Se le preguntó a Lewis Hamilton, quien se ha erigido como líder del movimiento antiracismo en la Fórmula 1, si tiene planteado unirse al boicot como lo han hecho sus correligionarios de color y no participar este fin de semana en el Gran Premio de Bélgica. Su respuesta fue negativa, alegando que no llegará a tanto dado que lo sucedido en Estados Unidos no causará mayor impacto en Europa porque son sociedades muy distintas.
Una medida tan extrema como realizar un boicot a un Gran Premio de Fórmula 1 por causa de un crimen ocurrido en Norteamérica le parece algo exagerado a Hamilton, sobre todo porque la escudería Mercedes le ha apoyado en su cruzada particular y afectar sus intereses de forma unilateral es para meditarlo.
En sus declaraciones, el piloto británico señaló que seguirá adelante en su lucha contra el racismo en el mundo. Es pública y notoria su solidaridad con el movimiento Black Lives Matter, al cual apoya con acciones como lucir camisetas con mensajes relacionados con la causa que defiende y arrodillarse antes de iniciar cada carrera. Entiende que siendo el único piloto de color de la parrilla, y desde su privilegiada posición de campeón, puede realizar protestas más adecuadas para la Fórmula 1 que boicotear una carrera y poner en juego intereses económicos del equipo.
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