Desde su nacimiento a finales de los años noventa, Smart se ha convertido en protagonista de las grandes ciudades europeas. Veinte años más tarde a Smart le toca lidiar con problemas mayores, afrontar un nuevo planteamiento de su negocio, e incluso que en Daimler se estén planteando su continuidad.
Según el Handelsblatt alemán, la búsqueda de la rentabilidad de Daimler podría arrastrar a Smart. El medio alemán cita a fuentes de Daimler, que apuntarían que se habría comenzado a hablar del fin de Smart y que su futuro podría decidirse este mismo año.
También apunta al hecho de que Ola Källenius tome el cargo de CEO de Daimler, como sucesor designado de Dieter Zetsche, que hasta ahora era uno de los mayores defensores de Smart.
Los medios alemanes hablan de la posibilidad de que Daimler liquide a Smart, pero oficialmente Smart tiene futuro como fabricante de coches eléctricos y muy probablemente prestando servicios de movilidad, como el del coche compartido
Pero, de momento, el único hecho confirmado es que Smart seguirá comercializando autos urbanos, pero ahora bajo un nuevo planteamiento, el del vehículo eléctrico... ya ha decidido que prescindirá del motor de combustión interna, un movimiento que, a tenor de lo que está sucediendo en las ciudades europeas, tiene mucho sentido.
En 2018, Smart vendía alrededor de 130.000 autos en 40 mercados diferentes, cayendo ligeramente de las 135.500 unidades que vendió en 2017. Recordemos que Smart es filial de Daimler, y de Mercedes-Benz Cars, que a su vez vendió alrededor de 2,4 millones de coches en 2018.
A pesar de todo, Smart aún tiene muchas oportunidades para seguir adelante, que van más allá del automóvil eléctrico puro destinado a particulares. Smart puede ser uno de los pilares fundamentales de su nueva estrategia de movilidad compartida , que ha avanzado de los servicios de la compañía car2go de Daimler, a un proyecto común, junto con BMW.
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