Durante varios años, Toyota ha estado desarrollando un auto de carreras basado en el Toyota Corolla, con un motor altamente modificado para funcionar con hidrógeno. Tras inventar un sistema de inyección directa de hidrógeno líquido (una primicia mundial), Toyota abordó el problema de la autonomía. Esto fue crucial, ya que el fabricante compite con su auto en carreras de resistencia, que suelen durar 24 horas. Se han logrado avances significativos en cuanto a abastecimiento de combustible.
Posteriormente, en el propio motor, los fabricantes introdujeron un modo de "mezcla pobre" en la gestión electrónica. Obviamente, esto tiene una utilidad limitada en las carreras, donde el pedal está a fondo más de la mitad del tiempo, pero cada vez que el piloto levanta el pie, el motor cambia automáticamente a mezcla pobre, con el efecto inmediato de reducir el consumo de hidrógeno. Esto no aumenta la potencia, pero sí permite conducir más tiempo entre paradas de repostaje. Así es también como se ganan las carreras de resistencia.
Héctor Daniel Oudkerk


No hay comentarios:
Publicar un comentario