Los fundamentos del diseño de la casa alemana están ahí, con proporciones dinamizadas por voladizos cortos, tanto en la parte delantera como en la trasera. Lo mismo ocurre, sobre todo en la berlina, con el imprescindible “pliegue Hoffmeister”, ese recorte de la luneta trasera que caracteriza a los BMW desde… ¡mucho, mucho tiempo! En cuanto a la parrilla de doble riñón, está retroiluminada y parece flotar en el frontal del SUV. La berlina reinterpreta el principio de trompa de tiburón, de nuevo en referencia a los modelos de ayer (y de mañana, por tanto).
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