viernes, 12 de agosto de 2022

Industria / En Europa la quema de petróleo para producir energía eléctrica se dispara ante la escasez de gas y el cierre de las centrales atómicas en Alemania según informa la Agencia Internacional de la Energía AIE. Paradojas de una electrificación sin bases sólidas.

En las últimas semanas ha aparecido un aliado inesperado para el precio del crudo al crecer abruptamente la demanda: la quema de petróleo (y carbón) para producir energía, una técnica casi abandonada en los países desarrollados (demonizada por muy contaminante), está cobrando fuerza ante la escasez de gas natural y su elevado precio, según revela la Agencia Internacional de la Energía en su informe mensual. Esto da un impulso importante a la demanda de crudo.

La crisis del gas natural y los errores estratégicos en las políticas energéticas de Europa (cierre de las centrales atómicas por Merkel) está provocando una situación paradójica: pese a la gran apuesta por las energías verdes, la quema de carbón y petróleo para producir energía (técnicas muy contaminantes) están volviendo a ganar relevancia, al menos en el corto plazo. La fuerte subida de precios del gas natural está convirtiendo a estos otros dos combustibles fósiles en fuentes atractivas para producir electricidad. 

La AIE señala en su informe que los precios récord del gas natural europeo están provocando una migración "sustancial" del gas al petróleo. Por ello, la AIE ha elevado su previsión de demanda para 2022 en 380.000 barriles por día.

"Los miembros de la Unión Europea se han comprometido a reducir su demanda de gas en un 15% desde agosto de 2022 hasta marzo de 2023. Estimamos que esto aumentará el consumo de petróleo en aproximadamente 380.000 barriles por día durante los próximos seis trimestres", señalan los expertos de la AIE. Esta es una tendencia que ya comenzó en 2021, pero que se ha visto acentuada en las últimas semanas.

¿Quién quema petróleo? La AIE sostiene que una pequeña parte de este consumo vendrá de los hogares que tienen la opción de poner en funcionamiento sus calefacciones, aires acondicionados, etc. con depósitos que utilizan derivados del petróleo. Aunque este cambio no será el más importante, porque la mayoría de los hogares no cuenta con esta alternativa.

Sin embargo, "los consumidores industriales, pueden reemplazar una gran parte del uso de gas por el uso de petróleo. La sustitución será principalmente en fuel oil (+150 barriles diarios) y gasoil (+140 barriles diarios)". 

La AIE da datos concretos también por países. "El uso de fuel oil y petróleo crudo directo para la generación de energía eléctrica se disparó en los últimos meses, ante las olas de calor a las que se ha enfrentado parte del mundo y la electrificación del parque automotriz, lo que impulsó la demanda". Por ejemplo, el uso de petróleo y fuel oil de Portugal aumentó en 30.000 barriles diarios, o lo que es lo mismo, un 173% más entre abril y mayo, mientras que España, el Reino Unido y Japón experimentaron aumentos mensuales más moderados de entre 15% y el 55%. 

En lo que a la producción de petróleo se refiere, la AIE apunta que en julio se superaron los máximos anteriores a la pandemia: "La producción mundial aumentó en 1,4 mbd hasta los 100,5 mbd, el nivel más alto desde enero de 2020, después de que el Mar del Norte (foto), Canadá y Kazajistán aumentaran su producción y Arabia Saudí siguiese los pasos de producción acordados en la OPEP+. La oferta rusa también aumentó marginalmente", destaca el informe de https://www.eleconomista.es/.

Héctor Daniel Oudkerk

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