Con su nuevo SUV grande, Mazda pretende jugar en la cancha de los Mercedes GLE, Audi Q5, Volvo XC 60 y BMW X3. Los japoneses con buenas armas se atreven a compararse con los premium alemanes y suecos. Alinea los precios en consecuencia, entre 50.000 y 70.000 euros con un SUV de casi 2 toneladas y 4,75 metros equipado con un motor híbrido enchufable de 327 CV, el primero de la marca.
Si bien casi todas las marcas tienen SUV compactos en su catálogo, son pocas las que quedan cuanto los modelos superan los 4,50 m. Los grandes crossovers son exclusivos de los premium, BMW X3, Mercedes GLC, Volvo XC 60 y Audi Q5. (y sus compatriotas Lexus e Infiniti más tal vez Cadillac) Así que, para dejar claro que él también quiere formar parte de este club, Mazda le ha dado un hermano mayor a su CX5.
No se llama CX6, sino CX60 para estar acorde con la nueva política de la marca. Y si bien no destaca por sus líneas, muy similares a otros SUV del fabricante de Hiroshima, se diferencia por su tamaño de 4,74 m. Sin embargo, no parece torpe, gracias a su altura contenida en 1,68, y su gran anchura de 1,89 m.
Mantiene el famoso estilo Mazda, con su capot alargado y su impresionante parrilla resaltada por el cromado que rodea las luces. Además, su perfil trasero no es demasiado vertical y lo transforma (casi..) en un SUV coupé. Un efecto que sin duda habrá desaparecido en la versión de 7 plazas de la máquina, bautizada como CX80 y que aparecerá un poco más tarde.
En cuanto al peso está por debajo de la barra simbólica de dos toneladas… con 1.980 kg. ¿Peso excesivo? No tanto, porque tenemos que tener en cuenta la otra gran novedad de Mazda: su primer motor híbrido enchufable.
Se trata en este caso de un motor de gasolina Skyactiv – G de 2,5 l al que se le suma un motor eléctrico de 100 kW alimentado por una batería de 17,8 kWh. Al final, la potencia obtenida es de 327 CV para un buen par motor de 500 Nm con lo que logra un 0/100 km/h en 5,8 segundos y la tracción en las 4 ruedas (estándar) solo se activa en caso de pérdida de adherencia. }
Sobre el papel, puede cubrir 63 km en modo totalmente eléctrico y algo más en ciudad.
Es cierto que una gran máquina híbrida recargable como esta es necesariamente pesada. Sin embargo, este CX60 no lo es en exceso. Es incluso un poco más liviano que un BMW X3 con un motor similar y mucho más que un Mercedes GLE o un Audi Q5, que también son híbridos enchufables.
En cuanto al interior los plásticos color bambú del tablero se mezclan con un tejido con costuras entrelazadas a modo de jinbei, la vestimenta tradicional de los trabajadores japoneses. El cuero (sintética como debe ser) de los asientos evoca el kimono, con un toque de negro que simboliza el cinturón de los judokas… para que no queden dudas de su origen nipón.
En este interior zen, lo es tanto más cuanto que el espacio no está limitado, especialmente en las plazas traseras donde la longitud de las piernas es inmensa y la anchura de los codos notable. Con 570 l, el baúl no tiene un tamaño que sorprenda para la categoría, pero sí suficiente.
Mazda vendió 196.000 automóviles en Europa el año pasado, mientras que BMW vendió más de 900.000 en el mismo continente al mismo tiempo. Pero para pertenecer al club premium muy privado, no solo se necesita una notoriedad que los japoneses aún no tienen (salvo Lexus), sino también una fabricación de primera calidad, motores potentes y eficientes, un valor residual a la altura y una confiabilidad reconocida.
Mazda cumple algunas de esas casillas e incluso un próximo seis cilindros en línea cuya potencia no se conoce mejor que su fecha de lanzamiento. La japonesa se puso a nivel eso si con los precios de la categoría, ya que el CX60 se anuncia entre 50.000 y 70.000 euros.
Héctor Daniel Oudkerk
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