Para empezar la llegada de Biden a Escocia se hizo en el Air Force One (un Boeing 747 tetra reactor de alto consumo) y una serie de aviones de transporte de la Fuerza Aérea de EEUU. Ya en tierra una caravana presidencial de al menos 20 vehículos de seguridad y dos limusinas Cadillac One a prueba de bombas y ataques químicos, con capacidad para siete personas.
Los 20 vehículos fueron para el Servicio Secreto, médicos, periodistas, ayudantes de la Casa Blanca, especialistas en comunicaciones militares, y una larga lista de personal…todos autos con motores térmicos y todo para una sola persona que se movilizaba con el objeto de considerar medidas contra en calentamiento global.
Lo más curioso de Glasgow fue ver llegar a una estación de servicio BP a la pareja de limusinas para repostar (con la policía escoltándolas), cuyo consumo obviamente es un ejemplo vivo de lo que la Cumbre del Clima quiere prohibir..
Cabe destacar que Biden no fue por supuesto el único político en acudir a la COP26 en sus jet privados o de líneas aéreas pero especialmente fletados para su uso personal y de su propia comitiva contribuyendo alegremente a la emisión de toneladas de CO2 mientras exhortan sin ruborizarse a la población a utilizar medios de transporte limpios, a reciclar los residuos o a colocar restricciones para ingresar a las ciudades.
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