El bajo número de neutralizaciones no ilustra la tensión que animó esta antepenúltima carrera de la temporada. Desde problemas técnicos hasta los frecuentes roces con los muros bajos caasi nadie se ha librado. Mientras que los grandes animadores de la temporada, Kyle Larson y Chase Elliott ambos del Hendrick Motorsports y Denny Hamlin del Joe Gibbs Racing han pasado entre las caídas, los otros clasificados tendrán que jugarse su permanencia en una semana en Martinsville.
Para Joey Logano (Team Penske), será necesario ganar en Martinsville para aspirar al título. Los otros corredores todavía en disputa, Kyle Busch y Martin Truex Jr. del Joe Gibbs Racing y Ryan Blaney y Brad Keselowski del Team Penske están «colgados en un hilo».
Diez vueltas después de la salida, un ligero aguacero obligó a los pilotos a ir al pit lane. La segunda salida fue buena, pero desde la vuelta 21 Kyle Busch comete un error tras la explosión de un neumático y comienza una carrera opaca que le llevará al puesto 28 de la final.
Antes del final del primer segmento ganado por Larson, Keselowski y Truex Jr. también irán a boxes. El primero nunca verá los puestos de avanzada, víctima de problemas de sobrecalentamiento del motor, mientras que Martin Truex Jr. logrará concluir tras una buena remontada en el séptimo.
El gran perdedor de esta ronda es sin duda Ryan Blaney, quien se vio obligado a abandonar después de ser enviado contra la pared a 47 vueltas del final de la carrera por Austin Dillon.
El final de la carrera fué particularmente animado, con Kevin Harvick Ford Mustang (Newman-Haas) disputando ferozmente la victoria de Larson. El piloto del Chevrolet # 5 no le dió ninguna oportunidad para ir a por su novena victoria de la temporada.
Se cumplían 17 años después de la tragedia que llevó a la desaparición del hijo del dueño del equipo Rick Hendrick en un accidente aéreo, y Kyle Larson con este triunfo le rindió homenaje en este equipo, al que le debe estar muy agradecido por brindarle una inesperada segunda oportunidad cuando hace apenas unos meses cuando nadie lo quería y todos sus sponsors se le habían borrado por haber dicho la palabra negro en una conversación que trascendió y que fue interpretada en una sociedad muy sensible como racista. Por eso el Camaro #5 está casi sin publicidad salvo la del propio equipo.
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