sábado, 23 de mayo de 2020

Coronavirus...Hertz se declara formalmente en quiebra (además de la marca homónima que también posee Thrifty y Dollar) Llama la atención que una empresa tan exitosa por más de 100 años no pueda soportar unos meses de baja por falta de liquidez...pero es así.

La pandemia de coronavirus está afectando fuertemente al sector de alquiler. El gigante estadounidense Hertz no ha llegado a un acuerdo con los acreedores para la reestructuración de la deuda y, por lo tanto, ha decidido presentar la solicitud para acceder a los beneficios del Capítulo 11, un instrumento de la ley de bancarrota estadounidense que se hizo famosa con la bancarrota en 2009 de General Motors y Chrysler.
El efecto de la crisis. Hertz, nacida en 1918 y convertida en una de las compañías líderes en el alquiler, ahora podrá ingresar a la fase de administración controlada con la consiguiente protección contra los reclamos de los tenedores de una deuda, que a fines de 2019 era de cerca de 19 mil millones de dólares. Con sus 38.000 empleados en todo el mundo, la compañía estadounidense se encuentra entre las multinacionales más grandes e importantes en sufrir las consecuencias de la pandemia. Hertz, en particular, está pagando su exposición al sector turístico, eliminado sustancialmente con las medidas para bloquear los viajes realizados por los gobiernos de todo el mundo para frenar la propagación de infecciones. De hecho, la compañía genera la mayor parte de sus ingresos de los servicios de alquiler de automóviles prestados en los aeropuertos a través de varias marcas (además de la marca homónima que también posee Thrifty y Dollar).
La presentación de la petición del Capítulo 11 termina definitivamente las negociaciones con los acreedores iniciadas en las últimas semanas para reestructurar una deuda (la mayoría de las cuales venció ayer) que se ha vuelto cada vez más onerosa para ser honrada ya que la crisis de liquidez en abril, no permitió a Hertz pagar algunas cuotas de préstamos bancarios y cupones de algunos bonos. La compañía de alquiler, que puede contar con solo mil millones de dólares en efectivo, ha intentado presentar una serie de soluciones: en un intento por apaciguar a los acreedores, tenedores de 14 mil millones de dólares en instrumentos de deuda vinculados al apoyo financiero de su flota de más de 500 mil vehículos, ha propuesto vender más de 30 mil automóviles cada mes hasta diciembre, con el objetivo de recaudar alrededor de 5 mil millones de dólares. Esto no fue suficiente para convencer a las contrapartes, al igual que no fue suficiente para lanzar un plan de reestructuración acompañado por el corte de 10.000 empleos o solicitar extensiones a los pagos hasta recibir la ayuda prometida por la Casa Blanca en el marco de las medidas de apoyo lanzado para frenar las consecuencias de la crisis. Ahora ha llegado la bancarrota y para el sector del alquiler, que ha estado en dificultades durante algún tiempo debido a la creciente competencia de los nuevos operadores, existe un mayor riesgo de un círculo vicioso caracterizado por fallas en la serie de otras empresas del sector.

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