La compañía, especialista en la fabricación de chasis para coches de carreras, ha creado un deportivo para circuitos pero que también es apto legalmente para usar en las calles.... el Stradale concentra los más de 45 años de experiencia de la compañía fabricando chasis para la Indycar, el WEC o los Formula 1 y 2 y los ha enfocado a conseguir el máximo placer de conducción. En definitiva, es una receta muy similar a la que utilizó Colin Champman en Lotus.
Para empezar, conviene recordar que este coche está diseñado para rodar en circuito, pero sin la necesidad de contar con un equipo de mecánicos que lo pongan a punto, o un remolque para llevártelo a casa. Dicho esto, el marco del parabrisas y los paneles de la carrocería son de fibra de carbono, con el objetivo de aligerar el conjunto al máximo.
Las dimensiones también contribuyen minimizar el peso: con 4,19 metros de largo, 1,88 de ancho y 1,04 de alto, es más pequeño que la mayoría de los compactos actuales. Por otro lado, hay dos factores que lo marcan: un centro de gravedad muy bajo y la incorporación de un alerón trasero, que contribuye a generar un apoyo aerodinámico de 820 kilos, cuando se circula a los 280 km/h que declara de velocidad máxima. Un gran dato, teniendo en cuenta que el peso en vacío del coche es de 855 kilos.
Por otro lado, la toma de aire frontal está muy cercana al suelo y también se ha diseñado pensando en incrementar el aplomo del eje delantero.
Este Dallara ofrece, además, múltiples opciones de puesta a punto al conductor, que puede escoger entre una caja de cambios manual, de seis velocidades, o una transmisión automática, unos amortiguadores regulables en tres posiciones o un sistema de escape todavía más deportivo. También puede incorporar un parabrisas y unas puertas, que convertirían la carrocería en algo parecido a un modelo targa. Su ligereza y la imponente fuerza aerodinámica descendente, le permiten registrar fuerzas de aceleración laterales de hasta 2,0 G, que es prácticamente el doble que cualquier otro superdeportivo de calle. Por otro lado, tampoco hay dirección asistida, aunque no se percibe demasiado pesada. En realidad, el tacto es tremendamente preciso y cualquier insinuación sobre el volante se traduce en un cambio de rumbo inmediato.
Está impulsado por el mismo motor turboalimentado de nafta Ford EcoBoost, de 2,3 litros, que emplean los Ford Focus RS y Mustang, pero en el Dallara suena más atronador, fruto de la incorporación de un turbocompresor más grande.
Si quieres uno de los 600 Dallara Stradale que se fabricarán, deberás pagar por él un precio de 189.000 euros, aunque, con todas las opciones incluidas, esa tarifa puede ascender hasta los 250.000 euros, si incorporas el parabrisas, las puertas, la caja de cambios automática...
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