Los demandantes señalan una serie de frustraciones, incluida la escasez de estaciones de servicio operativas, el aumento vertiginoso del costo del combustible de hidrógeno y la decepcionante autonomía del Mirai que está muy por debajo de las cifras anunciadas. Argumentan que estos problemas hacen que el automóvil sea prácticamente "inutilizable" para la conducción diaria.
Según la demanda, Toyota y sus vendedores dijeron a los compradores que "el combustible de hidrógeno estaba disponible y que repostar el Mirai es perfecto", y agregaron que sería "comparable a repostar con gasolina".
La cruel realidad una vez ya con el Mirai en propiedad fue muy diferente.
Los propietarios y arrendatarios de Mirai informan de frecuentes dificultades para encontrar estaciones de servicio (Hidrogineras) habilitadas. Incluso llegar a una estación no garantiza el éxito, ya que los problemas con equipos rotos o tarjetas de combustible incompatibles pueden dejarlos varados. Argumentan que esta incapacidad para repostar puede hacer que el Mirai quede parado, lo que requiere el uso de una grúa y un transporte alternativo.
Como si esto no fuera suficiente, el alcance de 575 km y 647 km de los modelos Toyota Mirai Limited y XLE, respectivamente, se considera poco realista. Los conductores informan que caen constantemente160 km por debajo de las cifras oficiales de Toyota, lo que limita significativamente su libertad de viaje entre repostajes.
La demanda también destaca un aumento del 200 por ciento en el precio del combustible de hidrógeno en los últimos años, de 13 dólares/kg en 2022 a aproximadamente 36 dólares/kg en 2024. Este aumento significa que la tarjeta de combustible de 15.000 dólares de Toyota, que se proporciona como incentivo en el momento de la compra, no durará "al menos cinco años" como se anunció originalmente.
Por último, los propietarios del FCEV japonés afirman que todos los problemas mencionados anteriormente han afectado gravemente a los valores de reventa del Toyota Mirai, que según se informa sólo conserva el 19,4% de su valor después de cinco años de uso. Como resultado, los demandantes y los miembros del grupo buscan daños y perjuicios de Toyota, acusando a la compañía de conducta ilegal.
Héctor Daniel Oudkerk (Diario Automotor)
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