Fisker se declara en bancarrota después de que fracasan todos los intentos de rescate. La startup americana de vehículos eléctricos ha quebrado después de quedarse sin dinero.

 Para sorpresa de nadie, Fisker se ha declarado en bancarrota después de meses de lucha. La startup de vehículos eléctricos con sede en EE. UU dice tener activos por valor de entre 500 y 1.000 millones de dólares, pero pasivos de hasta 500 millones de dólares.

El año pasado hubo indicios de que Fisker estaba en problemas, y en febrero de este año advirtió que podría quedarse sin efectivo en 12 meses. Eso resultó ser una evaluación optimista y la producción del SUV Ocean de la firma, que es construido por la Magna Steyr en Austria, se detuvo en marzo.

Fisker  afirmó haber mantenido conversaciones con otros fabricantes sobre un posible acuerdo de rescate, y las negociaciones con Nissan descubiertas por Reuters parecían las más prometedoras. Pero no llegaron a nada.

En marzo, la compañía recortó los precios hasta en 40.000 dólares, lo que llevó el precio de un modelo básico a sólo 24.999 dólares, en un intento de generar algo de efectivo, pero la idea fracasó.

"Al igual que otras empresas de la industria de los vehículos eléctricos, nos hemos enfrentado a varios vientos en contra macroeconómicos y de mercado que han afectado a nuestra capacidad para operar de forma eficiente", dijo Fisker en un comunicado. "Después de evaluar todas las opciones para nuestro negocio, determinamos que proceder con la venta de nuestros activos bajo el Capítulo 11 es el camino más viable para la compañía".

Fisker planeaba construir 40.000 vehículos eléctricos en 2023, pero para fin de año solo había construido solo 10.000 unidades y entregado menos de la mitad de ellas.

Héctor Daniel Oudkerk (https://diarioautomotor.com.ar/)