El mercado de segunda mano es otro sector que ya ha dado el paso a la venta online. Algunos ya venden con éxito a través de Instagram, mientras van surgiendo empresas internacionales que venden coches únicamente por internet en varios países, como la española Clicars o la francesa Aramis (que pasó a ser propiedad de PSA en 2016). No solamente, venden vía internet, sino que además también pueden hacer entregas a domicilio.
El negocio de la venta de autos nuevos, es decir, el negocio de los concesionarios es una actividad con poco margen de beneficio. La rentabilidad media de un concesionario en Europa suele rondar el 1 %. y cuando se tiene la oportunidad de ahorrar un poco, donde sea, se hace. El show-room, los talleres, el parking para clientes y la carpa de los coches de ocasión, al final son miles de metros cuadrados que cuestan una fortuna.
Se dice que el 97 % de las compras de autos comienza en línea buscando información,y el 82 % acude al concesionario para poder probar el coche que ya tiene casi decido comprar. Básicamente ha decidido su compra en internet, mientras que el concesionario solo está para formalizar la compra y en ocasiones para que el cliente pruebe el coche antes de firmar. El concesionario ya no es decisivo en el acto de compra como antes. Por tanto, las marcas no se pueden permitir el lujo de no vender en internet.
Tesla reduce las restricciones de tiempo y espacio de un negocio tradicional, simplemente habilitando la compra de un coche online en su web. Es más, incluso se puede comprar a través del móvil.
Tesla, y todos los que tienen éxito, son expertos en otro aspecto a menudo menospreciado por las empresas más pequeñas o de otros sectores. Hablamos del marketing digital. En muchas empresas, cuando se les habla de marketing digital, solo conocen la vertiente de comprar espacios de publicidad en Facebook y Google, cuando en realidad el marketing digital engloba toda clase de aspectos de la economía digital, como las redes sociales.
Pero los autos seguirán necesitando mantenimiento. Incluso un eléctrico necesita un mínimo de mantenimiento, aunque sea más reducido y espaciado en el tiempo con respecto a un coche de gasolina. Y en ocasiones los clientes también tendrán que acudir para efectuar reparaciones.
Otra razón por la que los concesionarios no desaparecerán del todo es porque estamos hablando de la compra de un bien importante, cuyo precio, por muy asequible que sea, seguirá siendo una suma importante. Siempre habrá un público que querrá ver, tocar y probar el producto antes de firmar...sobre todo de las generaciones pre millenium. Eso sí, habrá menos concesionarios, quizá muchos menos.
fuente motorpasion.com,
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