Aclarando conceptos sobre el filtro antipartículas, EGR y AdBlue
El endurecimiento de las leyes para reducir el impacto de los motores diésel en el medioambiente y en nuestra salud, nos ha llevado a todo tipo de tecnologías para reducir o eliminar sus emisiones contaminantes. Sin embargo, los sistemas anticontaminación se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los conductores. Motivo por el que convene aclarar qué es un filtro antipartículas (FAP), un sistema EGR o el tan de moda AdBlue, sus características, su función en nuestro motor y cómo evitar que nos terminen llevando al taller.
Las complejas y costosas averías en los sistemas anticontaminación son el principal miedo a la hora de comprar un coche diésel hoy en día pero con un poco de conocimientos se pueden evitar.
El primer punto donde me gustaría detenerme es en el de la manipulación de los sistemas anticontaminación. Una moda muy extendida en países europeos como España que han llevado a que muchos vehículos, principalmente diésel, en circulación emitan muchas más emisiones de las que deberían. Bajo la defensa de menos averías y un mejor funcionamiento del motor, son muchos los que ofrecen la anulación o desactivación de sistemas EGR y FAP, consiguiendo ese “beneficio” que de un modo u otro acabamos pagando el resto de los mortales. La manipulación de los sistemas anticontaminación es obvio que está prohibida.
anuladores de sistemas ERG y FAP comercializados |
1) EGR un viejo conocido en nuestros coches
¿Qué es la EGR? ¿Cuáles son las averías en la EGR y cómo evitarlas? El sistema de recirculación de gases de escape es un mecanismo que permite a los motores quemar los NOx generados durante la combustión. El sistema basa su funcionamiento en la recirculación de gases de escape hacia la cámara de combustión de nuevo. De este modo, la adición de gases de escape a la mezcla permite rebajar la temperatura que favorece la generación de NOx y además “quemar” los NOx ya generados. Aunque diseños de EGR existen muchos y cada uno cuenta con sus pros y contras, todos ellos comparten el mismo principio de funcionamiento. El grueso de las averías en la EGR se produce por una acumulación de carbón y residuos en sus conductos, provocando obturaciones y “ensuciando” todos sus conductos hasta su desembocadura en la cámara de combustión. Por concepto, el sistema EGR en los vehículos diésel es un sistema “sucio”, tanto por la presencia y generación de residuos en la combustión del gasoil, como averías paralelas como es la presencia de aceite lubricante en el circuito. Los fallos en la EGR terminan con un motor inestable que falla bien por un alta presencia de gases de escape, bien por todo lo contrario. El problema es que la ECU del motor cuenta con el correcto funcionamiento de la EGR, por lo que cuando falla, terminará ofreciendo un comportamiento de motor inestable a ralentí y cargas bajas/medias de motor.
Evitar la obstrucción de la EGR de un motor diésel no es fácil, pero se puede prevenir. Principalmente debemos intentar no forzar al motor estando aún frío, también evitar ahogar el motor usando marchas demasiado largas o realizar una conducción en la zona más baja del cuentavueltas por costumbre. Todas estas situaciones provocan una mala combustión del gasóleo, siendo además de muy ineficiente, una generación constante de gasóleo mal quemado que acaba adherido a las paredes del sistema EGR y todo cuando está conectado a él.FAP el incomprendido “enemigo” de los coches diésel
ERG |
2) ¿Qué es el filtro antipartículas o FAP? Al igual que sucede con los NOx, las partículas son el otro principal enemigo a batir. Los filtros antipartículas, con o sin aditivo, tienen como único objetivo neutralizar las partículas que genera la combustión del gasoil. Esa neutralización se realiza en un filtro en el que las partículas son atrapadas y acumuladas para verse sometidas a muy altas temperaturas que lleven a su incineración. Las averías en los filtros de partículas vienen dadas por el llenado del filtro sin haberse producido la quema, lo que se traduce en un exceso de partículas imposible de neutralizar. Todos los filtros antipartículas poseen una función de regeneración periódica, automática o manual, que permite quemar las partículas cuando se acumula una determinada cantidad, sin embargo es posible que con nuestra conducción y trayectos evitemos que se produzca esa regeneración.
Evitar las averías en los filtros antipartículas es tan sencillo como evitar el abuso de la conducción en ciudad, los trayectos cortos muy repetidos y la conducción a demasiado bajas vueltas. Todas esa situaciones además de favorecer la creación de más partículas dificultan el proceso de regeneración. Los filtros antipartículas necesitan de unas condiciones concretas de temperatura de motor y gases de escape (entre 650 y 1.000 ºC) para su correcto funcionamiento, motivo por el que es muy recomendable que los coches diésel con estos sistemas realicen de forma periódica un viaje de largo recorrido, el uso equilibrado del acelerador para evitar la “moda” de circular siempre a 1.500 vueltas y, sobre todo, respetar las regeneraciones en todos los coches que cuenten con aviso o testigo de ese momento clave. Los primeros síntomas de un FAP en mal estado son la falta de potencia por la obstrucción que provoca y el aumento de combustible, aumento que viene dado por la centralita del motor intentando regenerar el FAP a través de más temperatura conseguida con más consumidores activados, postinyecciones o aumentó del régimen de ralentí.
3) SCR y AdBlue: el último aliado contra los NOx
¿Qué es el sistema SCR? ¿Por qué necesita un aditivo llamado AdBlue? El sistema SCR o reducción catalítica ha sido una incorporación muy reciente a los coches diésel, de hecho viene heredado del transporte pesado donde fue implantado con anterioridad y en los primeros años de vida entre los turismos convivió con los NOx-Trap o trampas NOx que a través de un menor coste pretendían ser una alternativa a los sistemas SCR. A día de hoy con la Euro 6 en marcha, todo nuevo motor diésel instalado en un coche añade un sistema SCR dada su mayor efectividad, sistema que está diseñado para convertir los NOx en Nitrógeno y H2O a través de una reacción química realizada en un catalizador donde se inyecta un aditivo conocido como AdBlue. El AdBlue es la denominación comercial de una solución acuosa de urea en un porcentaje de aproximadamente el 32,5%, solución que no es tóxica, pero si bastante corrosiva por lo que mucho cuidado al manipularla. El repostaje de AdBlue es un factor al que debemos acostumbrarnos en todo motor diésel moderno, y es que esta solución contempla su propio depósito y necesita ser rellenado cada cierto tiempo. El consumo de AdBlue se estima en torno al 3% del consumo de combustible. Cada fabricante emplea diseños e intervalos específicos, pero por regla general las marcas de coches diseñan estos sistemas para que el rellenado coincida con las revisiones, añadiendo además un sistema de reposición muy similar al que ofrece el líquido limpiaparabrisas. El acceso a los depósitos de AdBlue suele instalarse en el baúl o en un más ideal espacio junto a la boca de combustible.
Las averías de los sistemas SCR son escasas pero complejas porque pueden provocar que el propulsor o funcione en modo avería con una limitación de potencia o en algunos casos incluso el completo bloqueo del propulsor al impedir el arranque. Estas averías suelen producirse por la falta de aditivo o por un mal funcionamiento del sistema. El estilo de conducción sólo afecta a este sistema en tanto al consumo de más o menos aditivo, en ciudad mayor por las condiciones menos favorables. Todos los vehículos que emplean AdBlue ofrecen alertas del nivel del mismo, llevando a cabo avisos periódicos para recordar su repostaje y las consecuencias de no hacerlo.
Pero atención en los Diésel modernos Euro 6 la utilización de un sistema SRC con AdBlue NO significa que no posean un FAP sino que por el contrario poseen los 2 y a los 2 hay que prestarles la debida atención. fuente diariomotor.com,
¿Qué es el sistema SCR? ¿Por qué necesita un aditivo llamado AdBlue? El sistema SCR o reducción catalítica ha sido una incorporación muy reciente a los coches diésel, de hecho viene heredado del transporte pesado donde fue implantado con anterioridad y en los primeros años de vida entre los turismos convivió con los NOx-Trap o trampas NOx que a través de un menor coste pretendían ser una alternativa a los sistemas SCR. A día de hoy con la Euro 6 en marcha, todo nuevo motor diésel instalado en un coche añade un sistema SCR dada su mayor efectividad, sistema que está diseñado para convertir los NOx en Nitrógeno y H2O a través de una reacción química realizada en un catalizador donde se inyecta un aditivo conocido como AdBlue. El AdBlue es la denominación comercial de una solución acuosa de urea en un porcentaje de aproximadamente el 32,5%, solución que no es tóxica, pero si bastante corrosiva por lo que mucho cuidado al manipularla. El repostaje de AdBlue es un factor al que debemos acostumbrarnos en todo motor diésel moderno, y es que esta solución contempla su propio depósito y necesita ser rellenado cada cierto tiempo. El consumo de AdBlue se estima en torno al 3% del consumo de combustible. Cada fabricante emplea diseños e intervalos específicos, pero por regla general las marcas de coches diseñan estos sistemas para que el rellenado coincida con las revisiones, añadiendo además un sistema de reposición muy similar al que ofrece el líquido limpiaparabrisas. El acceso a los depósitos de AdBlue suele instalarse en el baúl o en un más ideal espacio junto a la boca de combustible.
AdBlue |
Las averías de los sistemas SCR son escasas pero complejas porque pueden provocar que el propulsor o funcione en modo avería con una limitación de potencia o en algunos casos incluso el completo bloqueo del propulsor al impedir el arranque. Estas averías suelen producirse por la falta de aditivo o por un mal funcionamiento del sistema. El estilo de conducción sólo afecta a este sistema en tanto al consumo de más o menos aditivo, en ciudad mayor por las condiciones menos favorables. Todos los vehículos que emplean AdBlue ofrecen alertas del nivel del mismo, llevando a cabo avisos periódicos para recordar su repostaje y las consecuencias de no hacerlo.
Pero atención en los Diésel modernos Euro 6 la utilización de un sistema SRC con AdBlue NO significa que no posean un FAP sino que por el contrario poseen los 2 y a los 2 hay que prestarles la debida atención. fuente diariomotor.com,
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