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martes, 16 de diciembre de 2025

 La noticia es suficiente para alegrar a los aficionados a los autos pequeños y deportivos: según se informa, Abarth está trabajando activamente en el regreso de un 500 con motor de combustión, desafiando la electrificación total impuesta por Tavares hace poco más de dos años.

Este anuncio provino de Gaetano Thorel, director de Fiat y Abarth en Europa, durante el lanzamiento del nuevo Fiat 500 Híbrido. Porque si bien el 500e, la versión eléctrica de alto rendimiento, intentó marcar el comienzo de una nueva era, un amplio segmento del público nunca abrazó del todo este cambio. «Los clientes de Abarth quieren un motor de combustión», admite Thorel. No se trata solo de rendimiento: el universo Abarth se basa en la personalización, la mecánica accesible y las modificaciones artesanales. Dos mundos, eléctrico y tuning, que no coexisten fácilmente. Y ahí es precisamente donde radica el problema: es imposible «meter las manos» con un 500e cuyo motor es sellado, cerrado, abstracto. 

Fiat demostró que era posible integrar un motor de combustión en la estructura del 500e con el reciente lanzamiento del 500 Hybrid, que combina una plataforma diseñada para vehículos eléctricos con un modesto motor Fiat Firefly de tres cilindros y 1.0 litros. Claro que está el tema del rendimiento: 65 CV, 16,2 segundos de 0 a 100 km/h… nada que ver con lo que se espera de un Abarth, ni siquiera de uno de entrada. Thorel no lo oculta: es imposible imaginar este motor en un Abarth futuro.

Así que tendrán que buscar en otra parte. Y es en el grupo Stellantis donde los ingenieros podrían encontrar la salvación. El grupo cuenta con un arsenal de motores lo suficientemente compactos como para ser considerados bajo el pequeño capot del 500: en particular, el 1.2 turbo PureTech, disponible en varias potencias, ya utilizado en el Peugeot 208 y el Opel Corsa. Pero este motor de tres cilindros, que requiere una refrigeración considerable, sigue siendo difícil de integrar en el 500. En cuanto a un cuatro cilindros turboalimentado de 1.4 litros, un guiño al antiguo Abarth 595, simplemente está descartado: ya no cabe.

Esta cuestión de la arquitectura es crucial. El Abarth 500e se basa en una plataforma pensada para mecánica eléctrica. Reintroducir un motor de combustión interna requiere no solo espacio, sino también una nueva gestión del flujo de aire, peso adicional, una nueva caja de cambios… Un verdadero rompecabezas técnico.

Abarth debe persistir porque el nicho de los autos deportivos pequeños de combustión interna se está agotando. La desaparición del Abarth 595, el anunciado fin del Toyota GR Yaris en Europa, la retirada gradual de los deportivos urbanos… el mercado experimenta un vacío que la marca del escorpión haría bien en llenar. El único superviviente real, el Hyundai i20 N, vive sus últimos años en esta forma. Un Abarth con motor de combustión regresaría, por lo tanto, a un mercado prácticamente desierto, con un camino claro por delante.

Un proyecto aún frágil, pero con una ambición clara. Queda por ver qué equilibrio se encontrará. Un motor tricilíndrico turboalimentado de 120 a 155 CV parece una opción plausible, lo que le permite mantenerse fiel a la filosofía del 595 sin replicar exactamente su carácter. 

Una cosa es segura: si Abarth logra revivir un modelo de gasolina en esta era eléctrica, la marca podría reavivar una llama que la industria está apagando poco a poco. Para impulsar las ventas de Abarth, es urgente encontrar una solución…

Recordemos que en Brasil existe el Abarth Fastback derivado del SUV Fiat Fastback con motor 1.3 turbo de 175 hp pero que de Abarth tiene poco más que el nombre y el escudito.

Héctor Daniel Oudkerk

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